La Guerra Civil. Cumbre de Ganguren donde antiguamente existía la ermita de Santamañezar. Un día antes que el bombardeo de Gernika. El bando golpista, tras tomar el frente de los Intxorta, avanza entre una también represora niebla por las cercanías de Zaldibar. El efecto dominó de los requetés hace caer continuas líneas. Gudaris y milicianos resisten más con sus ideas antifascistas que con las posibilidades reales de hacer frente.
Los batallones Avellaneda, Rebelión de la Sal, Arana Goiri o Zabalbide cuentan con tropas hambrientas y mal abastecidas. Suman una ametralladora y varias pistolas. Las trincheras se improvisan.
Son datos aportados por un periodista de la época, George L. Steer (Sudáfrica, 1909). A sus 27 primaveras, el corresponsal de guerra accedió al monte de Santa Marina aquella infausta noche entre el 24 y 25 de abril.
Bala para un farmacéutico
En su bitácora de tierra quedaron registrados sus puntos de vista de la batalla. Entre sus renglones hablaba del Comandante del Batallón Avellaneda, Enrique Castet Arrieta-Maskaraua, de los últimos instantes de lucha de este joven farmacéutico de Güeñes afiliado al PNV.
Steer taquigrafía para la memoria histórica: "Castet localizó una ametralladora en un bosquecillo próximo. Salió a rodearla con un grupo de hombres, pero justamente bajo la trinchera una bala le atravesó el cráneo. El mando no había previsto sucesor en tal emergencia, y mientras 'Jaureghy', buen tirador, liquidaba con su pistola la posición que mató al pobre Castet, los oficiales inferiores pasaron veinte minutos discutiendo quien había de ser el nuevo comandante del batallón, mientras Castet yacía con la boca abierta, como para atrapar moscas al mediodía".
Como aquel vasco de la comarca de Enkarterri también fallecieron, se estima, cuarenta milicianos y gudaris. El historiador local, Balendin Lasuen, cifra en 27 los zaldibartarras que murieron en los diferentes frentes durante el tiempo de la guerra civil.
Cinco asociaciones
Una vez recogida la ametralladora de Castet, cinco asociaciones y toda la ciudadanía que quiera sumarse, volverán setenta y seis años después a recordar el coraje de aquellos abanderados de la democracia.
Por sexto año consecutivo y, al mismo tiempo, ya son 25 ediciones que se organiza el Castet Eguna, trabajan juntas asociaciones de Durangaldea que promueven la recuperación de la memoria histórica como son "Castet" de Zaldibar, "Andikona" de Otxandio, "Durango 1936", "Berriz 1936 Gogoratzen" y Ahaztuak 1936-1977.
El domingo se quedará en la plaza del ayuntamiento para subir a la cumbre de Ganguren, Santamañezar. Una vez allí, habrá diversos actos entre los que se trasluciran los sucesos de aquel tiempo. Gaizka Zabarte y Maite Arrizabalaga, enfatizaron la dureza de aquella terrible y mortal noche oscura. "Fue una jornada dramática", dijeron en nombre de la organización. El próximo domingo reivindicarán aquella "necesidad de una verdadera democracia, verdadera justicia social y el derecho a decidir para personas y pueblos".
El hoy famoso periodista sudafricano George L. Steer recogió "in situ" el asesinato del comandante Castet.
Alrededor de cuarenta gudaris y milicianos fallecieron durante aquella noche nublada de hace setenta y seis años en Santamañezar.