Luisa, a sus 88 años, llegó el pasado mes de Mayo desde París con la esperanza de encontrar los restos de su padre enterrados junto a otros diez hombres y dos mujeres en el Alto de la Mazorra.
Cuando tenía 13 años, un 18 de noviembre de 1936, en el valle de Valdivieso, los falangistas organizaron una saca de presos de la cárcel de Villarcayo. Presos que eran vecinos y vecinas de la Merindad de Sotoscueva, Burgos, a los que asesinaron. Luisa quedó huérfana y al cargo de sus hermanos.
Los restos de los asesinados han permanecido desde entonces en el puerto de La Mazorra, maniatados, apenas a 50 metros de la carretera de Burgos a Valdenoceda. También han permanecido en la memoria del conductor de autobús de línea que casi presenció los hechos, y en la de los familiares y vecinos de los entonces desaparecidos.
Hasta hace unos años, y desde la muerte del dictador Franco, decenas de velas iluminaban cada noche ese campo cercano a la carretera.
Del 5 al 8 de mayo pasado, un equipo de voluntarios de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, se encargó de la exhumación de estos trece represaliados.
Ahora, el pasado sábado 19 de Noviembre, al cumplirse un nuevo aniversario, el 75, de aquellos asesinatos, la Junta Vecinal de La Parte de Sotoscueva (Burgos) aprobaba una Declaración Institucional con varios puntos, de los que uno de ellos era dar cuenta de la mísma a diferentes asociaciones de victimas del franquismo, Ahaztuak 1936-1977 entre ellas.
LA PARTE DE SOTOSCUEVA
BURGOS
DECLARACIÓN INSTITUCIONAL EN CONMEMORACIÓN DEL 75 ANIVERSARIO DEL FUSILAMIENTO DE OCHO VECINOS DE LA PARTE DE SOTOSCUEVA
En noviembre de 1936, la infamia se llevó de sus casas a nuestros vecinos Porfirio Gómez Gómez, Francisco Gómez Martínez, Paulino Gómez Ruiz, Bonifacio Gutiérrez Barquín, Marcelino Gutiérrez Gómez, Hilario Pérez Peña, Francisco Ruiz Fernández y Ricardo Gómez Zorrilla. Ninguno de ellos regresó a su hogar.
Han pasado 75 años desde entonces. 75 años marcados porel silencio, el miedo y el olvido. El miedo impregnado en los cuerpos y las almas de sus familias, de sus hijos e hijas… Y el silencio de sus lágrimas derramadas siempre en la más absoluta de las soledades. Esta tierra que cobijan los Montes del Somo está llena de lágrimas que han dejado el suelo marcado por los pasos del miedo.
Los que arrebataron a nuestros seres queridos no se conformaron únicamente con llevarles de sus casas, de desterrarles de la ternura y el calor familiar. No se conformaron solo con hacerlos desaparecer, con fusilarlos en la noche más oscura que este pueblo haya podido vivir jamás, donde hasta las estrellas que albergan desde entonces en su seno a nuestros 8 vecinos no dejaron de llorar, sino que además quisieron enterrar su memoria en el olvido. Porque después de estos fusilamientos llegó la niebla, la eterna niebla, esa niebla que no permite recordar.
Para nosotros, sus familiares y vecinos, la Sima Dolencias no es solo una de las entradas al maravilloso Complejo Kárstico de Ojo Guareña. Para nosotros, sus familiares y vecinos, el Alto de la Mazorra no es solo un paraje desde el que poder contemplar las preciosas vistas del Valle de Valdivielso. La Sima Dolencias y el Alto de la Mazorra son los parajes donde la sinrazón y la crueldad decidieron acabar con la vida de nuestros seres queridos un horrible día del otoño del 36. Son los parajes donde se ubican sus restos mortales, que desde entonces no han tenido su sitio en la cruz del cementerio. Pero hasta en la noche más oscura, este cielo de La Parte nos enseña sus estrellas.
Porque este pueblo tiene memoria. El pueblo de La Parte quiere construir su futuro desde lo que fueron todas aquellas personas que nos precedieron, de todo lo que aprendimos de ellos y ellas, porque así podremos comprender el dolor que sintieron y también podremos continuar el amor que nos dejaron, porque todos, absolutamente todos los vecinos y vecinas que han vivido en este pueblo, han dejado una estela imborrable en la memoria popular. Y esta memoria no nos las va a quitar nadie.
Por todo ello, en este setenta y cinco aniversario del fusilamiento de nuestros vecinos Porfirio, Francisco, Paulino, Bonifacio, Marcelino, Hilario, Francisco y Ricardo, como Junta Vecinal y en representación de los vecinos y vecinas de La Parte de Sotoscueva, esta Junta Vecinal quiere:
Traer hasta nuestra memoria a quienes padecieron las consecuencias de aquellas jornadas trágicas del mes de noviembre de 1936: a quienes les sacaron de sus respectivas casas y les fusilaron, y, en general, a todos aquellos familiares y vecinos y vecinas que, de un modo u otro, vivieron el desastre y la barbarie en primera persona y tuvieron que callar por el miedo y tuvieron que silenciar lo vivido durante el resto de sus vidas.
Recordar, a nosotros/as mismos/as y a las nuevas generaciones, que la memoria nunca debe ser olvidada y que nuestro futuro debe construirse sobre el reconocimiento de quienes padecieron todo tipo de injusticias y que una barbarie así no vuelva a producirse jamás.
Asimismo, en virtud de lo dispuesto por la Ley 52/2007 de Memoria Histórica que, entre otras, establece medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura, hacer público, en nombre de la pedanía de La Parte de Sotoscueva, el reconocimiento expreso a D. Porfirio Gómez Gómez, D. Francisco Gómez Martínez, D. Paulino Gómez Ruiz, D. Bonifacio Gutiérrez Barquín, D. Marcelino Gutiérrez Gómez, D. Hilario Pérez Peña, D. Francisco Ruiz Fernández y D. Ricardo Gómez Zorrilla, vecinos de esta pedanía que fueron cruelmente fusilados, y poner en marcha junto con los familiares que así lo deseen, los trámites oportunos para obtener una Declaración de reparación y reconocimiento personal por parte del Ministerio de Justicia del Gobierno de España.
- A su vez, solicitar al Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva que ponga en manos de los familiares de las víctimas anteriormente citadas que así lo soliciten, toda la documentación necesaria para obtener la mencionada declaración.
Colaborar junto con los familiares que así lo soliciten en la tramitación de las ayudas económicas para las tareas de indagación, localización, exhumación, identificación y reinhumación de los restos mortales de las personas fusiladas.
Con motivo de este 75 aniversario, acordamos organizar un acto para la próxima primavera que sirva de reparación moral y reconocimiento personal a la figura de estos ocho vecinos, así como de recuerdo permanente a su memoria.
En La Parte de Sotoscueva, a 19 de Noviembre de 2011.
**Esta declaración institucional se enviará a los familiares de los vecinos fusilados, al Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva, a los medios de comunicación locales y provinciales, a las Asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica, a la Sociedad de Ciencias Aranzadi y a la Oficina de Víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura del Ministerio de Justicia.