Ayer se celebró un acto por la memoria de todos en el cementerio, cuando se cumplen 75 años de la saca principal, en la que mataron a 74 personas.
Los familiares que acudieron al cementerio de Tafalla se emocionaron cuando se bailó el aurresku. Además del baile y la entrega de las flores, se colocaron dos banderas: la republicana y la ikurriña. El camposanto alberga la tumba donde yacen los restos de los fusilados. Los huesos no tienen nombre.
Al igual que en otros lugares de Nafarroa, cuando murió el dictador, desde estos pueblos acudieron a la fosa común y recogieron a los suyos, repartiéndose los restos sin identificar según el número de vecinos de cada localidad allí enterrados. Durante el acto de ayer, se leyó el texto de una moción que presentará Bildu el último martes de este mes para su aprobación en Tafalla, en recuerdo de los 27 tafalleses y de las otras 3.135 personas ejecutadas por el terror de 1936. A la salida del cementerio, se dejó sobre la tumba un ejemplar del libro «De la Esperanza al Terror» (que cumplió ayer 25 años) y un número de la edición de ayer de GARA.
(Gara. 23 / 10 / 2011)