El acto, durante el que se presentó el libro Gipuzkoa. De ayuntamientos republicanos a franquistas. 1936-1937, contó con la participación de representantes de la Diputación foral, las Juntas Generales, el Gobierno Vasco, la Subdelegación del Gobierno y una veintena de alcaldes de municipios guipuzcoanos.
Durante el evento, que tuvo lugar en el hemiciclo del Parlamento foral, tomó la palabra Francisco Etxeberria, presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y encargado de dirigir decenas de exhumaciones de víctimas de aquella etapa en numerosos rincones de todo el Estado. El reputado antropólogo y médico forense de la UPV reivindicó la actualidad de la "memoria histórica", que no es "una cuestión lejana ni del pasado", sino que "está vigente en las sociedades modernas que construyen su presente y piensan en el futuro, afianzando valores democráticos de convivencia".
"Sin ánimo de revancha" El investigador recordó que el trabajo desarrollado en este campo por Aranzadi, junto a la Universidad del País Vasco, "desde la responsabilidad, de manera objetiva e imparcial y sin ánimo de revancha", ha permitido elaborar un detallado censo de víctimas de la Comunidad Autónoma Vasca, así como un mapa de las fosas comunes.
Etxeberria precisó asimismo que, según sus datos, durante la Guerra Civil murieron en el frente vasco unos 6.300 republicanos y 5.700 franquistas, mientras que 764 fallecieron fusilados por los primeros y 2.352 por los golpistas. El investigador explicó que una tercera parte de todas estas víctimas eran guipuzcoanas.
Instantes antes, tomó la palabra la presidenta de las Juntas Generales (JJGG) de Gipuzkoa, Rafaela Romero, quien citó los nombres de los alcaldes y representantes municipales e institucionales asesinados en Gipuzkoa.
Romero lamentó la "persecución de personas inocentes", así como la "insidia, desprecio, miedo, mentira y silencio" que se produjeron "cuando el golpe militar del general Franco acabó de forma ilegítima e ilegal" con el régimen republicano. La presidenta del Parlamento foral opinó que las actuales instituciones vascas son "legítimas sucesoras" de las que desaparecieron con el franquismo, con las que comparten "valores, principios y objetivos".
Tras aclarar que, con este acto, las JJGG "vuelven a situarse frente al olvido y junto a los derechos de todas las víctimas", Romero advirtió de que la institución que preside no cierra los ojos "a una violencia sí y a la otra no", porque condena y rechaza "todas", sin olvidar a las víctimas "de antes y de ahora".
Tras los discursos, se proyectó un vídeo realizado por las propias Juntas Generales en homenaje a las víctimas del franquismo, con imágenes de la contienda y de algunas de las exhumaciones realizadas hasta la fecha. Seguidamente intervinieron tres bailarines de una compañía de danza que clausuraron el acto.
(Noticias de Gipuzkoa. 4 / 02 / 2011)