El autobús de las estrellas, todas esas mujeres apresadas durante la dictadura franquista en la cárcel guipuzcoana de Saturraran, hace escala este próximo domingo en Gasteiz, de forma paralela al inminente estreno de la película basada en los crueles episodios allí acaecidos. Izarren Argia -Estrellas que alcanzar- es precisamente el título elegido por su director, Mikel Rueda, para esta historia que ahonda en el ensañamiento del régimen con cientos de mujeres de ideología republicana, socialista, comunista o abertzale. 177, junto con 59 niños, fueron ejecutadas en el penal entre 1937 y 1944. La plaza del 3 de marzo de Zaramaga servirá como simbólico escenario para recibir al vehículo, que lleva circulando por Euskadi desde el pasado sábado 16. Arrancó su travesía precisamente en Ondarroa y Mutriku, las localidades que abrazaban al siniestro penal ya desaparecido, para dirigirse posteriormente a la localidad guipuzcoana de Hernani. Hoy parará en Aretxabaleta y Arrasate y se detendrá definitivamente el próximo sábado 30 en Sartaguda (Navarra) tras ser recibido en un total de 15 núcleos urbanos.
El autobús, que hará las veces de soporte para colocar estrellas con los nombres de las víctimas de las diferentes etapas de la represión franquista, se estacionará en el corazón de Zaramaga alrededor de las 12.00 horas. A partir de ahí, el colectivo Ahaztuak 1936-1977 y la Asociación de Víctimas del 3 de marzo celebrarán un acto de memoria y denuncia de la impunidad de los crímenes fascistas bajo el lema Mujeres en el franquismo: Represión y resistencia, donde se profundizará de forma más global en la persecución de las mujeres durante los largos años de la dictadura.
El homenaje se centrará en primer lugar en las mujeres víctimas de los primeros años del franquismo. Entre 1936 y 1940, por ejemplo, los escuadrones de la muerte asesinaron a lo largo y ancho de Euskal Herria a 94 mujeres, contando los casos documentados, diez de ellas en Álava. Muchas fueron ejecutadas extrajudicialmente y enterradas en fosas clandestinas, sin un nombre que las identificara. Columba Fernández Doyague, nacida en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) aunque vecina de Gasteiz durante la época, representa uno de estos crueles casos y, por ello, será recordada especialmente como ejemplo de la injusticia y crueldad a la que fueron sometidas tantas mujeres. Columba, cuyo cadáver continúa sin aparecer, fue asesinada y enterrada clandestinamente en alguna cuneta durante un traslado a la cárcel de Laguardia. Corría el mes de septiembre de 1936.
Al hilo del argumento de Izarren Argia, durante el acto se dará a conocer posteriormente la historia de otras prisiones femeninas de la dictadura. Entre otras, la ubicada en el colegio Sagrado Corazón de Gasteiz, donde las monjas carmelitas se hicieron cargo de una parte de la vigilancia de las más de cien presas políticas allí encerradas.
Las mujeres recluidas, exhibidas por las autoridades franquistas cada cierto tiempo por las calles de Vitoria, eran obligadas a pasearse por las inmediaciones de la prisión con escobas para barrer la céntrica calle Dato o tras ingerir aceite de ricino, empleado para purgar sus estómagos y contribuir a la humillación pública.
Los organizadores del evento destacaron ayer, en este sentido, que las mujeres fueron "doblemente represaliadas" por el franquismo; al margen de ser objetivo de la persecución generalizada de la época, sufrió especialmente la discriminación de género debido al esquema machista imperante en la dictadura.
(Noticias de Alava. 21 / 10 / 2010)