Treinta y cinco años han transcurrido desde que Víctor Manuel Pérez Elexpe murió tiroteado en Portugalete por un guardia civil mientras repartía propaganda comunista, hasta que el Gobierno español le ha reconocido formalmente como víctima de la dictadura franquista. En ese tiempo su familia ha batallado incansablemente para lograr esta reparación moral mediante la cual «la democracia española honra a quienes injustamente padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura» según el escrito oficial firmado por el ministro de Justicia, Francisco Caamaño.
El joven portugalujo afiliado al Partido de los Trabajadores de España (PTE) salió de su casa a primera hora de la mañana del 20 de enero de 1975, con la intención de lanzar octavillas a favor de una huelga general que tenía lugar en Navarra. En su recorrido fue interceptado cerca de la iglesia de Santa María por el cabo de la Benemérita Narciso San Juan, que le dio el alto. Pérez Elexpe hizo caso omiso de la orden y comenzó a correr perseguido por el agente, que realizó diversos disparos, dos de los cuales alcanzaron al joven por la espalda y le hirieron mortalmente en la calle General Castaños.
Este testimonio aportado por algunos testigos del suceso sirvió para desmontar la versión del guardia civil, quien declaró que «primero disparó nuestro hermano y en respuesta a estos supuestos disparos, él los repelió con otros dos al aire: Uno de ellos le atravesó el corazón y el otro el pulmón» recuerda con amargura el hermano del asesinado, Fermín Pérez.
Precisamente, la declaración de aquellas personas recogidas en su momento por el abogado y próximo presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco Juan Luis Ibarra se han convertido en el testimonio clave para conseguir este reconocimiento oficial. «La familia estaremos eternamente agradecida a estas personas que se jugaron la vida en aquel momento facilitando su identidad y contando la verdad de lo que realmente sucedió» expresa emocionada otra de las hermanas de la víctima, Mari Efi Pérez.
Al poco tiempo del luctuoso suceso, un grupo de abogados con Juan Luis Ibarra a la cabeza presentó a instancias del padre de Víctor una demanda que fue sobreseida por los tribunales de la época. En 2007 la familia envió un escrito con la documentación correspondiente a la Secretaría de la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las Víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo, «donde exponíamos las circunstancias concurrentes en la muerte de nuestro hermano, solicitando el reconocimiento por parte del Estado», indica Fermín.
Homenaje
Ese mismo año, la asociación de la memoria histórica 'Errepresaliatuak' de Sestao organizó un homenaje a las víctimas de la dictadura que contó con la presencia del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe, y del delegado del Gobierno, Paulino Luesma. En el acto también se recordó a Víctor Manuel Pérez «lo cual resultó muy reconfortante para nuestra madre».
Finalmente, la aprobación de la Ley de Memoria Histórica abrió la puerta definitiva a un reconocimiento oficial «después de perder a nuestros padres en el camino sin llegar a conocer la buena noticia; y después también de perder a nuestro hermano Ignacio, el pequeño».
Los herederos de Víctor estudian llevar ante los tribunales «al autor material de la muerte de nuestro hermano y a su soporte intelectual, el régimen franquista, debido a que no reconocemos como de naturaleza política este crimen, y no aceptamos que se le aplique la Ley de Amnistía.
(El Correo Español. 24 / 04 / 2010)