El 31 de Marzo de 1937 es una fecha clave para la memoria de las víctimas de la represión franquista en Araba, aquella noche un total de 16 presos políticos fueron sacados de la Prisión vitoriana de la calle La Paz para ser asesinados en el Puerto de Azazeta. Entre ellos se encontraba el último alcalde republicano de Gasteiz, además de otros cargos políticos, sindicalistas, afiliados o meros simpatizantes de todos los sectores ideológicos perseguidos por los franquistas. En lo que a número de víctimas de una misma actuación represiva se refiere, la masacre de Azazeta es la mayor matanza de civiles cometida en Araba por los aparatos franquistas.
Desde hace varios años, para el colectivo Ahaztuak 1936-1977, que trabaja por la recuperación de la memoria histórica democrática y antifascista de las víctimas del franquismo en Euskal Herria, la fecha del 31 de Marzo es una jornada referencial para reivindicar a todos los alaveses represaliados por el golpe de Estado, la represión y la dictadura franquista. En este aniversario queremos destacar que siguen siendo muchos los elementos que siguen alimentando la impunidad contra los que luchamos en nuestro camino hacia la Verdad y la Justicia. Este 31 de Marzo de 2010 queremos centrar la atención de nuestras reivindicaciones en la persistencia de la simbología franquista y de los numerosos elementos que siguen glorificando aquella terrible dictadura. Últimamente se han aprobado numerosas declaraciones institucionales, mandatos y leyes que deberían garantizar la eliminación de toda esa parafernalia fascista pero desgraciadamente comprobamos que, a la hora de pasar de las palabras a los hechos, no se cumplen.
Nos resulta doloroso e indignante que uno de los mayores ejemplos de la continuidad de la simbología franquista y de la exaltación de la dictadura esté en la Catedral Nueva de Vitoria-Gasteiz. La visible permanencia aún, en pleno año 2010, del gran escudo pétreo oficial del régimen esculpido en el interior del templo es una ofensa a la memoria democrática y antifascista de todos los alaveses que sufrimos la represión franquista.
Por lo que nos dirigimos al Obispo de la Diócesis de Vitoria-Gasteiz para que tome las medidas necesarias para que desaparezca de una vez y para siempre ese gran escudo de 3,20 metros con el águila imperial acompañada de la leyenda “Una, Grande y Libre”. El mantenimiento y exposición pública del mismo representa para todos nosotros una clara exaltación de una dictadura que vulneró sistemáticamente los derechos humanos y que provocó un enorme sufrimiento a nuestro pueblo.
No vale mirar para otro lado, ni actuar como si no estuviera allí, por la responsabilidad que tenemos todos en la construcción de una sociedad basada en unos valores democráticos, ese escudo tiene que desaparecer. Queremos saber qué medidas van a tomar al respecto.
Atentamente, a la espera de su respuesta, reciba un cordial saludo.
Firmado: Jesús Estrada Arrondo (sobrino de Jesús Estrada Abalos, asesinado en Azazeta el 31/3/1937) en nombre de Ahaztuak 1936-1977