La historia ya le había reservado un sitio. El frente de Elgeta cayó aquel día, el 24 de abril de 1937, pero su memoria ya se había empezado a forjar meses antes. Con las primeras embestidas, con los siete meses de resistencia, con la heroicidad de haber sostenido a un ejército muy superior en recursos. Con todo. Su relato ya estaba escrito. Más allá del desenlace, los montes de Intxorta tenían reservado ya un rincón entre los hitos de la Guerra.
Por eso, cuando cayeron, pocos dudaron del lugar que ocuparían. Todos sabían que la leyenda sólo había empezado. Todos sabían que la historia no se olvidaría de Elgeta. Convertida en referente porque su resistencia ayudó a la conformación del primer Gobierno Vasco y el desarrollo estatutario, la localidad vendió cara la última derrota de Gipuzkoa y se erigió en símbolo eterno de la oposición vasca durante la Guerra.
Hoy, 72 años después, resulta complicado comprender la importancia de aquel episodio y, más aún, la crudeza de aquellos días. Parapetos improvisados entre el barro, disparos desde las trincheras, intentos de descanso en los refugios, cruce de conversaciones entre uno y otro bando... La Guerra. Y dicen quienes la han vivido, ésta o cualquier otra, que una guerra no se explica. O se vive o no se vive. Simplemente. Por eso, resulta difícil acercarse a su realidad. A su drama y su esperpento. A sus miserias y secretos. Imposible visualizarlos. O casi.
El proyecto
Aproximación a los hechos
Porque, a veces, la voluntad ayuda a hacer menos complicadas las cosas. Y entonces uno puede aproximarse a lo que fueron los hechos. Al día a día de lo que normalmente se lee en los libros. Al frente de batalla. Y eso, en parte, ocurrirá en Intxorta si, como parece, se lleva a cabo la propuesta presentada por el Ayuntamiento de Elgeta y la asociación Intxortako 1937 Kultur Elkartea (IKE) para construir un centro de interpretación de la memoria. Si sale adelante -en este momento está pendiente de la respuesta de la Mancomunidad de Debagoiena, la Diputación y el Gobierno Vasco-, Gipuzkoa contará con una inmejorable ocasión de acercarse al fragor de los combates.
"Al final, el objetivo es el mismo que nos mueve a programar otras tantas iniciativas: recuperar la memoria colectiva", asegura Josuren Murgizu, miembro de la citada asociación y uno de los impulsores del proyecto que, denominado Ibilbide tematikoa Intxortaren magalean (Recorrido temático por las laderas de Intxorta), se encuentra bastante perfilado. No en vano, aunque aún no está aprobada su puesta en marcha -en principio parece cuestión de tiempo-, ya cuenta con un itinerario provisional y con algunos de los elementos que, a modo de información, se podrán encontrar por el camino. En otras palabras, ya está cogiendo forma.
Y esa forma tiene buena pinta. En un paseo aproximado de dos horas -incluidas las paradas informativas-, la propuesta ofrecerá la posibilidad de ver de cerca los parajes en los que se llevó a cabo la contienda. Los parapetos, las alambradas, las trincheras o los refugios. Todo. Una vez que se mejore el estado de todos esos restos bélicos y se hagan accesibles sus respectivas ubicaciones, cualquier ciudadano podrá acceder a ellos.
Y lo hará con una información detallada de cuanto aconteció. Desde la entrada al recorrido, en el Espaloia Kafe Antzokia de Elgeta, hasta la salida en ese mismo punto. Porque el circuito diseñado empieza y acaba en el mismo lugar. En el citado centro cultural. Allí, de manera permanente, se instalará un espacio en el que, mediante maquetas, paneles, fotografías, armas y proyecciones multimedia, el visitante conocerá el contexto histórico.
Además, en ese mismo lugar se habilitará un archivo que, bajo el nombre Izen guztiak, aurpegi guztiak , recopilará datos sobre todas las víctimas del bando nacionalista-republicano de la Guerra en Euskal Herria. Se trata, según explica Murgizu, de un libro abierto en el que cualquier persona podrá introducir datos e imágenes de su familiar desaparecido, muerto en combate o fusilado.
A partir de ahí, la información llegará de la mano de los paneles y de los propios elementos en pie. Mapa en mano, el caminante iniciará el recorrido y se detendrá en las ocho paradas previstas, todas acompañadas del correspondiente cartel explicativo. Se visitará la ermita de Salbador, la zona de Ansuategi (donde Aranzadi exhumó en 2004 restos de varios combatientes), el refugio pasivo utilizado para dormir, el lugar conocido como la posición de la belga , los parapetos ubicados junto al monumento Intxortako Atea o la cima de Asensiomendi. Asimismo, se dispondrá un acceso a las trincheras utilizadas por las tropas franquistas y se pretende incorporar, en un futuro, otro a la zona de Ikatzarre, en la que la asociación confía en que se pueda llevar a cabo la exhumación de otras personas fusiladas y enterradas allí.
Sin fecha prevista
A la espera de noticias
El proyecto, que se podrá visitar tanto a pie como en bicicleta, no tiene fecha prevista de apertura. Eso sí, este mismo año podría recibir algún empujón importante. "Nosotros esperamos que antes de que acabe 2009 hayamos podido empezar a montar algunas cosas, pero es muy difícil saber cuándo podría estar finalizado y cuándo abierto al público", reconoce Murgizu, que recuerda que la iniciativa está pendiente de las posibles subvenciones.
En cualquier caso, confía en que sea sólo una cuestión de tiempo. En que, antes o después, Intxorta sea esa puerta abierta a la verdad de la Guerra. A la metralla de sus combates y al miedo de sus trincheras. A ese día a día que uno trata de visualizar escuchando testimonios pero que difícilmente llega a ver. El proyecto no cambiará la historia, y tampoco sus muertes, pero sí ayudará a conocerla un poco más. Y eso, el conocimiento de los hechos, es siempre la vía más rápida para evitar que se repitan. El camino, además, será un reconocimiento más a los héroes de Intxorta. A los últimos combatientes de una Gipuzkoa que sucumbió, sencillamente, porque su enemigo era muy superior.
(Noticias de Gipuzkoa. 7 / 06 / 09)