sábado, marzo 28, 2009

LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO EN NAVARRA PROHIBE UN ACTO DE AHAZTUAK 1936-1977


La asociación de victimas del golpe de estado, de la represión y el régimen franquista Ahaztuak 1936-1977 hemos visto prohibido desde la Delegación del Gobierno en la Comunidad Foral el acto que teníamos previsto realizar el próximo día 6 de Abril en homenaje a todos los resistentes antifranquistas vascos y entre ellos, al cumplirse el treinta aniversario de su muerte, a Jokin Artajo y Alberto Asurmendi, miembros de EGI-Batasuna muertos en Ultzama (Nafarroa) cuando preparaban una acción contra el régimen dictatorial el día 6 de Abril de 1969.

Mediante una notificación entregada por agentes policiales a la persona de nuestro colectivo que habia realizado la solicitud de permiso para este acto desde la Delegación del Gobierno en Navarra se deniega el permiso para el mismo y se procede a su prohibición argumentando que “la realización de la concentración-homenaje comunicada en honor a los referidos (en el aniversario de su muerte), generaría un favorecimiento de su conducta, justificando por tanto públicamente las conductas delictivas de estos y motivando de victimismo hacia los terroristas. En definitiva este hecho pudiera ser constitutivo de los delitos de enaltecimiento o apología del terrorismo” (sic).

Ante esta prohibición que creemos a todas luces injustificada desde Ahaztuak 1936-1977 interpondremos evidentemente el correspondiente recurso administrativo toda vez que consideramos que la misma vulnera nuestra libertad de expresión y nuestro derecho de reunión y manifestación, pero tambien lo haremos por los calificativos argumentales que dicha prohibición alega y utiliza para referirse a Jokin Artajo y Alberto Asurmendi, cuando califica su militancia y su lucha antifranquista como “conducta delictiva” y a ellos como “terroristas”, considerando por tanto que la realización del acto en su memoria pudiera ser “constitutivo de los delitos de enaltecimiento o apología del terrorismo”. Dichos argumentos, aparte de parecernos totalmente lesivos contra la honorabilidad de estas personas, nos parecen preocupantes si tenemos en cuenta que se refieren a dos personas que combatian a un régimen fascista, implantado por un golpe militar y mantenido hasta su final en 1977 por la violencia y la represión que en cada momento consideró necesaria y que es de todos conocida: miles de condenados a muerte, miles de desaparecidos y miles de presos politicos, cuasi permante declaración de los “estados de guerra” y “estados de excepción”, ejecuciones por garrote vil, ejecuciones extrajudiciales, guerra sucia, supresión de libertades civiles y politicas, ataque permanente a las libertades del Pueblo Vasco y de los diferentes Pueblos de la Península, a su lengua y cultura... ¿Cómo se puede tildar de “conducta delictiva” el enfrentarse a un régimen de esas carácterísticas incluso por la violencia? ¿Cómo se puede catalogar de “terroristas” a quienes lo hicieron? ¿Cómo se puede por tanto decir que un acto en memoria de aquellos que lo hicieron pudiera ser “constitutivo de los delitos de enaltecimiento o apología del terrorismo”?

Y todo ello, para más inri en Navarra, comunidad donde desde algunas instituciones y cargos politicos se sigue haciendo lo imposible por mantener la simbología franquista aún existente, siendo el ejemplo más notorio el reciente caso de la Plaza “Conde Rodezno”, donde desde el Ayuntamiento de Pamplona gobernado por UPN se ha optado por mantener el nombre de dicha plaza en homenaje a dicho golpista, pro-hombre del régimen franquista y firmante desde su cargo de Ministro de Justicia del primer Gobierno de Francisco Franco de alrededor de ochenta mil penas de muerte.

Desde Ahaztuak 1936-1977 y a la vista de estos hechos no podemos sino considerar preocupante que desde la Delegación de Gobierno en la Comunidad Foral se equivoque de tal forma quienes eran los terroristas. No podemos considerar sino preocupante que se prohiban homenajes a aquellas personas que lucharon resueltamente en la forma en que consideraron oportuno contra un régimen fascista cuando las placas, las calles y las plazas en honor de los hombres de aquel régimen siguen manteniendose incluso desde las propias instituciones con una vergonzante desfachatez.

Preocupante sobre todo para la democracia que desde los poderes públicos se impulse de tal forma la tergiversación de la memoria y de la verdad sobre los que anularon la democracia manu militari y los que lucharon como pudieron hacerlo o como creyeron necesario hacerlo para recuperarla.

AHAZTUAK 1936-1977