Por fin, el juez Garzón, después de Argentina, Chile, etcétera, se preocupa de los miles y miles de asesinados en España. Sólo en Navarra más de 3.000.
Conocemos sus nombres, edades y también las autoridades civiles y religiosas y a los ricos del pueblo que los fusilaron. Lo malo es que ya todos aquellos asesinos han muerto. Por ejemplo, aquel párroco de la Ribera que, después de los asesinatos de la semana en su pueblo, decía a los feligreses en la homilía: "Los muertos bien muertos están".
(Noticias de Navarra. 5 / 09 / 08)