Mauthausen, Sachsenhausen y Flossenbürg. Tres nombres para el recuerdo o, mejor dicho, para el olvido. Tres campos de concentración nazis en los que actuó el Batallón de la Calavera, un nombre macabro pero bastante explícito en lo que a su función se refería. 8.000 "rojos españoles" fueron detenidos por ese brazo de las SS en los campos del horror. 5.000 de ellos murieron.
La asociación de víctimas del franquismo Ahaztuak 1936-1977 se hizo ayer eco de las demandas que los supervivientes y los familiares de los fallecidos interpusieron contra cuatro oficiales de ese Cuerpo del III Reich para que sean extraditados y juzgados en el Estado español, y expresó su voluntad "irrenunciable" de impulsar esas querellas -200 vascos fueron también concentrados en esos campos-, en lo que podría llegar a ser el primer juicio contra miembros del Partido Nazi desde el que tuvo lugar en Nüremberg en 1946.
El procedimiento fue incoado el 19 de junio por los familiares y supervivientes ante la Audiencia Nacional contra los oficiales John Demjanjuk, Anton Tittjung, Josias Kumpf y Johann Leprich, que habían huido a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Tres semanas después, la Fiscalía de la Audiencia Nacional dio el visto bueno a los informes de la acusación, para que una semana más tarde el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno admitiera a trámite la causa que supondría el enjuiciamiento de los ex miembros de las SS por delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra.
La intención de impulsar el procedimiento la comunicó ayer Ahaztuak en una rueda de prensa en la que participaron su portavoz Martxelo Álvarez, Antón Gandarias -el sobrino de Ángel Lekuona, que fue asesinado en el campo de Flossenbürg- , dos representantes del Ayuntamiento de Busturia, y dos abogados de la propia asociación. La situación parece llamar al optimismo puesto que, desde que Estados Unidos indagó en el pasado de los encausados, les retiró la nacionalidad, hecho que podría propiciar su extradición al Estado.
(Deia. 4 / 09 / 08)