Cuando en una situación violenta como la del levantamiento del 36 y la posguerra los derechos humanos son vulnerados, deben restaurarse recuperando la memoria de lo ocurrido, y a las personas enterradas en fosas, cunetas, etcétera, para que reciban sepultura y puedan ser recordadas. Esto se ha negado durante años por el llamado bando ganador (¿ganador de qué? De atropellar los derechos humanos, la dignidad, la igualdad y la justicia?), no permitiendo ni siquiera vivir y elaborar el duelo...
Las lloros y sufrimientos silenciados, las historias que no han podido contarse por miedo. Las preguntas sin respuesta.. Y a pesar de ese intento de aniquilación total de esta parte de la historia, las hijas, nietos... de los desaparecidos y ocultados han sido tenaces en la búsqueda de esos cadáveres, de esos cuerpos símbolos de libertad y justicia. Y si ellos y ellas han sido tenaces es porque alguien les ha transmitido esta necesidad. Con silencios, con esfuerzos para sacarlos adelante y mantenerles la vida, con dignidad a pesar de ser tratadas como unas cualquiera. Con su ejemplo de vida han hecho posible esta cadena humana que se junta en Sartaguda para recuperar la dignidad de quienes perdieron la vida injustamente por ser precisamente, personas dignas.
Ellas, las Viudas, todas esas mujeres que de generación en generación han transmitido la necesidad de no olvidar a los seres queridos, a sus amores a los padres de sus hijos e hijas, aunque en alguno casos ni los entendieran ni supieran exactamente que pensaban y por qué. Ellas querían la vida y seguir amando a pesar de la guerra. Otras compartían los ideales republicanos y tuvieron que vivir la dureza d la perdida del ser querido junto a la de todos los derechos conseguidos. Ellas junto a muchas otras y a compañeros de militancia fueron personas que creían en la igualdad de los seres humanos, siendo "la voz oculta" de nuestra historia. Mujeres que soñaron con un mundo diferente y con el que han continuado soñando y luchando hasta su muerte, en el exilio y en Sartaguda. Mujeres que en ningún momento perdieron la capacidad amatoria que les dio la fortaleza para seguir viviendo y sacar adelante a los suyos. Y de una manera u otra transmitirles la necesidad de reponer el daño, de buscar a los desaparecidos. Ellas, que en su gran mayoría no constan en las cunetas, ni en las exhumaciones, ni en los homenajes, pero que, sin ellas, los logros conseguidos no hubieran sido posibles.
Sartaguda va a vibrar de emociones, gracias al trabajo realizado por quienes han estado en esa recuperación, familiares, personas amantes de la republica, profesionales honrados, viudas tenaces, cantautores/as, poetas y artistas… Personas convencidas de que es necesario recuperar y restablecer la dignidad de quienes defendieron el mejor de los ideales: la libertad, basada en la justicia y la solidaridad.
(Noticias de Navarra. 10 / 05 / 08)