Pedro Basurto es un hombre desconocido, cuyo nombre no figura en ningún libro. Sin embargo, sí que forma parte de la historia. Este guipuzcoano fue detenido y fusilado durante el franquismo por el hecho de ser republicano. De él, sólo se ha encontrado la cremallera de la chaqueta con la que fue enterrado en una fosa. Este objeto ha servido a su familia para recordarle y conocer qué acontecimientos le llevaron a la muerte. Con este relato comenzó ayer en Donostia una conferencia sobre "Derechos Humanos y Memoria Histórica", cuyos protagonistas incidieron en la idea de garantizar la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas de la época franquista, algo que, según señalaron, "no se ha realizado nunca" durante la democracia.
La charla, que se celebró ayer en la facultad de Derecho, giró en torno a la Memoria Histórica y, en ella, participaron la secretaria general de Dones per la Llibertat i Democràcia, Carme Solsona; el director del departamento de antropología de Aranzadi, Paco Etxeberria, y el coordinador de Amnistía Internacional en Gipuzkoa, Koldo Casla.
Etxeberria, encargado de coordinar las exhumaciones que lleva a cabo Aranzadi en todo el Estado, fue uno de los más críticos con la nueva Ley de Memoria Histórica pero, sobre todo, con el tratamiento que han sufrido las víctimas desde 1936. "A los damnificados se les ha maltratado doblemente, es decir, no sólo fueron torturados y asesinados, sino que la historia también les ha humillado olvidando su sufrimiento", señaló Etxeberria. Este profesor de la UPV y especialista en Medicina Legal y Forense aseguró que la sociedad pasó del "miedo surgido en la dictadura al olvido y, de ahí, a la ignorancia e, incluso, a negar los hechos". Según afirmó, Aranzadi ha conseguido romper esta "secuencia espantosa" con las exhumaciones que pretenden dignificar la memoria de los fallecidos. Para Etxeberria, lo verdaderamente importante es reconocer los derechos de las víctimas que, según dijo, giran en torno a tres puntos: la verdad, la justicia y la reparación. A su juicio, a los damnificados por el franquismo se les "han negado" todos estos derechos que esperó que sean "reparados" con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.
Por su parte, la secretaria general de Dones per la Llibertat i Democràcia, Carme Solsona, aprovechó la proyección de un documental sobre la última superviviente catalana del campo de concentración nazi de Ravensbrück, Neus Catalá, para asegurar que "ha llegado la hora de que la sociedad reconozca a los que sufrieron un agravio durante una época muy dolorosa". "Muchas personas fueron desterradas, torturadas y se vieron forzadas a exiliarse", indicó Solsona, al tiempo que insistió en que la organización que dirige quiere contribuir a la reparación moral de las víctimas y a luchar por su derecho a la memoria "personal y colectiva".
Todos los ponentes se mostraron de acuerdo al afirmar que la Memoria Histórica cayó en un debate bipartidista y que, durante un periodo muy largo, ningún partido político se ha esforzado a realizar un análisis histórico sobre la Guerra Civil y la época franquista. Ahora esperan que esta ley sirva para reparar el dolor de todas las víctimas porque, tal y como aseguró el moderador de las charlas, Óscar Abalde, "la historia es a los pueblos, lo que la memoria a los hombres".
(Noticias de Gipuzkoa. 10 / 04 / 08)