El colectivo de guerrilleros ha solicitado a todos los gobiernos democráticos de España desde hace más de veinte años su reconocimiento jurídico y la anulación de todos los procesos por los que fueron condenados y llevados a presidio o fusilados los compañeros en el monte y en el llano o las ciudades. No podemos aceptar, como así dijimos en pasados años, un simple reconocimiento moral sin verdaderas consecuencias sociales, jurídicas y políticas, porque eso permitiría mantener el silencio de quienes siguen pactando una Ley de la Memoria que se sustenta en el olvido ante los crímenes del franquismo. Los miles de ejecutados, desaparecidos, torturados, exiliados y encarcelados nos exigen reclamar de todos los poderes públicos un reconocimiento jurídico y una anulación de los consejos de guerra y otros juicios ilegales que permita a la sociedad reconocerse en los ciudadanos que lucharon por sus libertades y extender a todos los ciudadanos la dignidad y la honorabilidad de quienes resistimos al fascismo. Vemos con esperanza el hecho de que se multipliquen año tras año los actos de homenaje a los guerrilleros asesinados por aquella guardia civil o la brigada político -social, o muertos en combate, y que desde múltiples instancias se dediquen estudios y públicos debates a nuestra lucha, pero creemos que estos homenajes, esos estudios y debates sólo adquirirían todo su contenido si sabemos recordar con claridad el momento en el que aquellos hechos acontecieron, porque es muy sencillo conformarse con nostalgias y homenajes testimoniales sin enfrentarse a la cruda realidad, y en aquellos terribles años los guerrilleros dijimos que aquellos que quedaran con vida lucharíamos hasta el final por nuestro reconocimiento y por dar a conocer a la sociedad el significado de aquella resistencia al fascismo.
Los guerrilleros antifranquistas sabíamos que para resistir la dictadura y restaurar la República se necesitaba un Ejército Guerrillero, y que esta fuerza armada había de estar identificada completamente con el Pueblo y que era imposible lograrlo si no se hacía una labor cultural amplia con todos sus componentes. Los guerrilleros sabíamos que necesitábamos un Ejército que debía ser capaz y disciplinado pero además al que llegaran todos los aspectos de la cultura. Ese Ejército Guerrillero que se forjó en el fragor de una lucha en la que se defendieron la independencia y la libertad a costa de la vida de los mejores hijos de España, quiso ser un Ejército, no para la guerra, sino para la salvaguardia de la paz, de la libertad y de la justicia. Nosotros, que defendimos la cultura del pueblo y que aprendimos a luchar con el fusil y el libro, no queremos permitir que bajo la excusa de labor cultural o científica se tergiverse nuestra realidad actual, marginándonos en actos públicos a los que se nos quiere llevar como figuras decorativas y no como ciudadanos en lucha por nuestros derechos, y especialmente por nuestro derecho inalienable a la verdad histórica.
Por todo ello, porque seguimos demandando a todos los colectivos sociales que luchan por la justicia, la paz y la cultura, y especialmente por la memoria histórica, que apoyen y se adhieran al reconocimiento jurídico de los guerrilleros, nos reafirmamos en nuestras posiciones de no acudir a homenajes que bajo el pretexto de jornadas científicas o culturales vacían de contenido social la memoria histórica y prescinden de la realidad del no reconocimiento de los derechos de las víctimas del franquismo, actos celebrados en santuarios, que más se aproximan a jornadas festivas que a jornadas reivindicativas de nuestros derechos. Y que parecen a veces realizarse más bien en pro de ventajas académicas o en apoyo de posibles pactos que siguen traicionando la noble causa de nuestra memoria. Consideramos que los actos que se han convocado en la localidad, histórica para nosotros, de Santa Cruz de Moya, el próximo día 7 de Octubre, representan un intento de usurpar nuestra memoria, y por tanto manifestamos nuestra decisión de no asistir a los mismos mientras no constituyan actos de reivindicación real de la dignidad de nuestra lucha y de denuncia del olvido que los actuales gobiernos de la España democrática tienen de nuestro lugar en la historia.
Este comunicado ha sido firmado por los siguientes guerrilleros antifranquistas:
Esperanza Martínez “Sole” (AGLA y AGE), Amada Martínez “Rosita” (AGLA y AGE), Angelita Martínez (AGLA y AGE), José Murillo Murillo “Comandante Ríos” (Agrupación Guerrillera de Sierra Morena, Córdoba. AGE), Francisco Martínez López “Quico” (Agrupación Guerrillera de León-Galicia. AGE), Jesús de Cos Borbolla “Pablo” (Agrupación Guerrillera Cántabro-Astur. AGE), Felipe Matarranz “Lobo” (Agrupación Guerrillera Cántabro-Astur. AGE), Gerardo Antón Garrido “Pinto” (Agrupación Guerrillera de Extremadura, Cáceres. AGE), Miguel Padial (Agrupación Guerrillera de Granada. AGE).
20 de Septiembre de 2007