martes, agosto 08, 2006

"DE CALACEITE A MAUTHAUSEN. MEMORIAS DE RAIMUNDO SUÑER"


El Centro de Estudios Bajoaragoneses (CESBA) nos ha hecho llegar una reseña del libro que recientemente ha publicado “De Calaceite a Mauthausen. Memorias de Raimundo Suñer”, donde se recogen los recuerdos de este vecino de Calaceite que fue alcalde de la localidad, tuvo un papel militar relevante durante la Guerra Civil en la comarca y vivió las penurias del campo de exterminio nazi de Mauthausen.
La obra constituye la sexta entrega de la serie “Memorias Bajoaragonesas”, del CESBA. Ricard Vinyes, que prologa las memorias de Raimundo Suñer, destaca que en los últimos años ha emergido en la sociedad un consenso de memoria que permite aflorar relatos de quienes constituyeron la base social de la democracia republicana. Suñer escribió sus memorias al acabar la dictadura. Quedaron inacabadas por su fallecimiento en 1976 y han estado guardadas 31 años hasta su publicación ahora por el CESBA. Por las páginas del libro desfilan su infancia y juventud, su militancia en Izquierda Republicana y el periodo en que asumió la responsabilidad municipal de Calaceite. Su incorporación al frente, y los avatares que le llevaron al exilio, al cautiverio en los campos franceses y, después, a los campos de exterminio nazi, constituyen igualmente el núcleo de la obra

Procedentes de una familia de agricultores acomodados, los hermanos Raimundo y Bautista Suñer eran de ideología republicana de izquierdas y participaron activamente de la vida política local. Raimundo llegó a la alcaldía en los meses convulsos previos al estallido de la Guerra Civil y ambos fueron testigos de las contradicciones internas en el bando de republicano. Raimundo dejó la alcaldía para ser nombrado Delegado gubernativo del Gobierno de Aragón. A finales de marzo de 1938 salieron en retirada hacia Cataluña. Raimundo se alistó en el ejército y fue destinado a la conducción de vehículos en la zona de Tortosa. Durante esta época ingresó en el PSU (comunistas) y participó como enlace en la Batalla del Ebro.

Ambos tuvieron que salir al exilio y coincidieron en el campo de Argelés donde, Raimundo, participó en la organización y funcionamiento del campo 8. Posteriormente fueron trasladados a Septfonds y más tarde alistados en diferentes CTE. Raimundo fue alistado en la 33ª, siendo destinado a Alsacia realizando trabajos agrícolas y construyendo trincheras; tras la invasión alemana fue detenido el 21 de junio de 1940 en las cercanías de St. Dié , trasladado al Stalag V D, cercano a la ciudad de Estrasburgo y deportado a Mauthausen en un transporte donde figuraban 846 republicanos españoles. Ingresó en el campo el día 13 de diciembre de 1940 con el nº 5.311. Bautista llegó al campo de exterminio unas semanas más tarde, el 27 de enero, procedente del Stalag XI B en Fallingbostel, ingresando con el nº 6.556.

Bautista estuvo destinado a tirar de las vagonetas que trabajaban en el desmonte de los terrenos que había cercanos al campo central, mientras que Raimundo disponía de un buen destino en las cocheras, siendo una de sus máximas preocupaciones la de proteger a su hermano mayor, aunque nada pudo hacer para evitar el traslado de Bautista a Gusen durante el mes de mayo de 1941 con el nº 12.048 "...para matarlo trabajando con poca comida y a golpes, hasta que le dieron la inyección de gasolina" el 2 de julio de 1941. A Raimundo, le comunicó la muerte de su hermano un compañero que volvió de Gusendejandolo destrozado pues era el hermano con quien más coincidía y con el que habían soñado proyectos de futuro para cuando regresasen a Calaceite.

Raimundo fue destinado definitivamente a los garajes y también fue el encargado (Stubendienst ) del barracón 2, donde según Mariano Constante se hallaba, en cierta manera, la aristocracia de los prisioneros, aquellos que desempeñaban cargos importantes en las oficinas o pertenecían a buenos kommandos, lo que le daba la posibilidad de mantenerse al corriente y de ayudar a otros camaradas. Raimundo desarrolló una importante labor de colaboración con la organización clandestina, lo cual permitió salvar numerosas vidas y llegar vivo a la liberación en mayo de 1945. Reunió a su familia en Francia y regresó temporalmente a Calaceite, falleciendo el 26 de marzo de 1976.