viernes, octubre 28, 2011

JUICIO DE LA ESMA: GENOCIDAS JUZGADOS Y CONDENADOS EN ARGENTINA. Y AQUI... ¿PORQUÉ NO?"


En el dia de ayer en Argentina se dictaba condena contra los militares acusados en la causa de la Escuela de mecánica de la Armada (ESMA). Docena y media de militares integrantes de los conocidos como "grupos de tareas" -los encargados de las detenciones, las toruras, las desaparicones...- de este espeluznante centro de detención habilitado por los militares argentinos tras el golpe de estado del 24 de Marzo de 1976 eran sometidos a juicio después de 30 años de impunidad.

De todos ellos 12 fueron condenados a prisión perpetua, dos fueron condenados a 25 años de prisión y dos resultaron absueltos aunque seguirán presos al estar imputados en otras causas. Solamente es la punta del iceberg de lo que fue la trama genocida instalada en Argentina durante las sucesivas Juntas Militares que se alternaron entre 1976 y 1982, una trama compuesta aparte de por miembros de las FFAA, por policias, por jueces, por médicos, por sacerdotes, por politicos, por civiles... Los condenados ayer son unos de los más sanguinarios pero en ningún caso los únicos y su condena es un impulso para seguir luchando por condenar a todos los que faltan. Como dice Estela de Carlotto, de las "Abuelas de Plaza de Mayo" y presente en el juicio "faltan los civiles, los jueces cómplices... Y encontrar 400 nietos. Pero no hay que aflojar. Falta, pero hay que seguir avanzando".

Desde Ahaztuak 1936-1977 saludamos este juicio y estas condenas y felicitamos a todos aquellos sectores de la sociedad argentina que con su lucha sin desmayo contra la impunidad lo ha hecho posible, al igual que hará posible otros que aún estan pendientes. Felicitamos y nos fundimos en un abrazo emocionado y solidario con las familias de los miles y miles de desaparecidos, con los miles de torturados, de presos politicos, de exiliados... y con las familias y personas queridas de todos ellos. Y tambien con las personas conocidas o anónimas que desde su lucha cotidiana contra la impunidad durante décadas han posibilitado que este dia de justicia, que abre el paso a otros días tambien de justicia llegue.

Nuestra asociación ha venido manteniendo dentro de sus dinamicas de reflexión y movilización una especial relación con la lucha contra la impunidad en Argentina, para nosotros un referente en muchos parámetros y fundamentalmente en el de la irrefutable validez de la lucha popular como única garantia de conseguir la Verdad, la Reparación y la Justicia. Varias veces nos hemos concentrado para expresar nuestra solidaridad con la lucha contra la impunidad en Argentina o contra la desaparición de ciudadnos argentinos que han sido testigos claves en juicios como los represores, como es el caso del aún desaparecido Julio López.

En nuestras concentraciones, siempre esta presente una pancarta en la que puede leerse "Kolpistak, genozidak. Argentinan epaituak. Hemen zergatik ez?" (Golpistas, genocidas. Juzgados en Argentina. Aqui porqué no?) y junto con ella otra pancarta hacia alusión a la desaparición aún sin esclarecer de los ciudadanos vascos Eduardo Moreno Bergaretxe, "Pertur", y Jose Miguel Etxebarria, "Naparra", asi como de los ciudadanos argentinos Julio Lopez y Luciano Arruga, presumiblemente victimas todos ellos -los dos primeros en Euskal Herria y los otros dos en Argentina- de la acción de bandas parapoliciales encuadrados en la guerra sucia del Estado contra sectores de la oposición política, en el caso argentino, testigos incómodos y activos en las denuncias contra los responsables del régimen dictatorial que rigió ese pais entre 1976 y 1982.

Y hoy al igual que en esas concentraciones desde Ahaztuak 1936-1977 queremos denunciar nuevamente la evidencia del modelo de impunidad vigente en el estado español para los crimenes del régimen franquista, una evidencia más marcada y dolorosa si cabe en este día por el juicio y las condenas que el Estado argentino ha sido capaz de llevar a cabo contra genocidas de la talla de Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo, Jorge Acosta, y otros mientras en el estado español ni uno sólo de los responsables politicos, militares, policiales o judiciales del régimen franquista -y por tanto de sus crimenes- ha pasado nunca por ningún tribunal a pesar de que tanto el estado argentino como el español tienen suscritos diferentes acuerdos internacionales que proclaman que los delitos de Lesa Humanidad o de Genocidio no prescriben nunca. El cumplimiento de estos acuerdos es el que entre otros factores hace posible hoy la condena a estos genocidas en Argentina y es su incumplimiento lo que posibilita la impunidad para crimenes y hechos similares cometidos por los franquistas en el estado español, algo que creemos deja en muy mal lugar al sistema politico español y con unas grandes sombras a sus declaraciones de sistema plenamente democratico.

Lo ocurrido ayer en Argentina y lo que no ocurre en el Estado español no hace sino confirmarnos en la necesidad de continuar en nuestra lucha contra la impunidad de los crimenes del régimen franquista y de sus autores y en nuestro convencimiento de que sólo la denuncia y la movilización sin desmayo por parte de las victimas, de sus familiares y de aquellos sectores que entendemos que la Verdad, la Reparación y la Justicia deben ser aplicadas en su totalidad es la única posibilidad y garantia de que tambien en Euskal Herria y en el Estado español algun dia el modelo de impunidad vigente toque a su fin y sean juzgados los responsables del genocidio franquista en sus multiples expresiones y complicidades, incluida tambien la complicidad “democratica” ya sea disfrazada de “Ley de Amnistia”, de “Ley de Memoria Histórica” o simplemente de dejación y pasividad.

AHAZTUAK 1936-1977

ARGENTINA: CONDENA EN EL JUICIO A LA ESMA (ESCUELA DE MECANICA DE LA ARMADA). LA HORA DE LOS APARECIDOS

En el barrio de Retiro, planeta Tierra, un poco más allá de los trenes y la villa, culminó parte de una extraña tarea: juzgar al infierno. El infierno no es metafísica religiosa, sino una institución terrestre, trasnacional, con más sucursales de las que uno quisiera imaginar. Alfredo Astiz con sonrisa deforme y escarapela redonda, y Jorge “El Tigre” Acosta momificado, fueron parte de la docena y media de integrantes de los grupos de tareas de la ESMA sometidos a juicio después de 30 años de impunidad:
  • 12 fueron condenados a prisión perpetua: Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Ricardo Cavallo, Antonio Pernías, José Montes, Raúl Scheller, Jorge Rádice, Adolfo Donda, Alberto González, Néstor Savio, Julio César Coronel, Ernesto Weber.
  • Dos resultaron absueltos: Juan Carlos Rolón y Pablo García Velazco, que siguen presos e imputados en otras causas.
  • Dos tuvieron penas de 25 años de prisión (Manuel García Tallada y Juan Carlos Fotea), uno 20 años (Carlos Capdevilla) y otro 18 (Juan Antonio Azic).
  • Las acusaciones abarcaron el masivo secuestro alrededor de la Iglesia de Santa Cruz (11 personas, incluyendo a tres de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y a dos monjas francesas) y casos como el de la desaparición de Rodolfo Walsh, entre 86 víctimas de secuestros, torturas y homicidios.

Cada anuncio de prisión perpetua era recibido en la sala de la planta baja con un sutil murmullo de aprobación. La sentencia fue leída ante ese recinto separado de las butacas de los genocidas y sus defensores por un vidrio blindado. La sensación de tener a gente como Astiz a tres metros de distancia es rara. El público en esa planta baja incluyó principalmente a sobrevivientes de la ESMA, familiares y amigos de desaparecidos, Madres, Abuelas, juristas, integrantes de organismos de derechos humanos y personas que llevaron adelante lo que demasiadas veces pareció una causa perdida: que se haga justicia.

Y otra parte de ese universo estuvo en la calle, reuniendo también a trabajadores de sindicatos, estudiantes, nietos recuperados, murgueros, artistas y otros sobrevivientes. Los aparecidos en la Argentina no son fantasmas ni espectros, sino todo lo contrario: frente al país de los desaparecidos, el genocidio y la muerte, son los que se presentan, superan el miedo, los que hablan, desobedecen, denuncian, no se resignan, contagian. Tienen herederos en cantidad de experiencias sociales de todo tipo nacidas en las últimas décadas. Son los que este 26 de octubre se abrazaban, reían y lloraban, mientras del otro lado del blindex una docena y media de marinos adelantaban las manos para que la policía volviera a ponerles las esposas, antes de regresar a prisión.

Bandeja alta

El público de la bandeja alta, se sabe, está formado por personas cercanas a los militares. Tres hombres canosos y trajeados esperaban su acreditación para ingresar al sector en el 6º piso del edificio de Comodoro Py, donde también estaban familiares de asesinados y desaparecidos. Mientras el personal del Tribunal intentaba ordenar a tanta gente, uno de los canosos murmuró: “El zurdaje que vaya a otro lado”. El sólo uso de la palabra “zurdaje” implica acaso esclerosis múltiple, perversión militante, o que sigue siendo aconsejable no subestimar la estupidez humana. Ya en la bandeja alta las mujeres decían cosas como “mirá a Alfredo, es un ídolo”. Alfredo era Astiz, infiltrado entre los familiares en la dictadura con el falso nombre de Gustavo Niño, encargado de marcar sobre todo a las Madres. Pendiente de la cámara, Astiz se colocó una escarapela redonda cuando lo enfocaban, y se la manoseaba como planchándola. Sonrió varias veces. En el comienzo del juicio había hecho lo mismo exhibiendo un libro llamado “Volver a matar”. Cuando la cámara dejó de enfocarlo, Astiz se convirtió en estatua, aniquilado por tal indiferencia televisiva.

En la bandeja alta acompañaron las condenas con risas displicentes, intentaron cantar Aurora con un entusiasmo patético, y tiraron papelitos.

Desde abajo se escuchaba a los aparecidos cantando: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.

Condenas y cumbias

En la calle la cita era a las 17 y a esa hora frente a la mole gris de los tribunales de Comodoro Py quedaba claro quiénes están desde siempre y desde la primera hora. La Agrupación HIJOS ya tenía montado el escenario donde se emitirían los videos con los prontuarios de los genocidas sentenciados. En el asfalto, los trabajadores. El Sindicato de Televisión (CGT), ATE Capital, el de los estibadores del puerto, el de los empleados judiciales, sin cánticos y con pocas banderas, sin alarde y con estoica firmeza, vieron ir llegando a los cientos que, de a dos, de a tres o de a seis, fueron inundando, gota sobre gota, la puerta de Comodoro Py. El micrófono estuvo a cargo de los jóvenes, de los HIJOS. Como en los tiempos de la Mesa de Escrache Popular la inconfundible música de Actitud María Marta sonó para recordar cómo se logró que aparezca esta justicia, al igual que la única consigna cantada también allí a viva voz por la multitud: “A dónde vayan los iremos a buscar”.

Ángela Urondo, la hija de Paco, leyó un poema que el desaparecido Mario Gali escribió en 1973 como para hacer explícito lo que allí estaba en escena: ser los ojos, los oídos y la voz del gran acto de justicia que es la memoria.

Demoró más de tres horas verlos en la gran pantalla, sentados en el banquillo, mientras el frio y la espera fue tensando el ánimo: “35 años y todavía tienen que discutir el fallo”, se murmuraba.

Graciela Daleo, una de las sobrevivientes y testigo de la causa, se aferraba a los abrazos. Un poco más allá Victoria Donda, con la mirada húmeda, se acurrucaba en el cariñoso gesto de su compañero. Dos pasos más acá, el ahora diputado bonaerense Víctor De Genaro y por allá, el ahora funcionario del Ministerio de Seguridad, Ricardo Dios, vestido de traje, y presente como hijo de desaparecido.

Cada uno, cada quien, fue puro silencio cuando a las 20.18 comenzó la lectura de la sentencia. Ese silencio que se hace escuchar y sentir y se convierte en latido colectivo. El grito estalla con la primera condena a perpetua y se repite una docena de veces hasta convertirse en apretones, palmadas, miradas que se entrecruzan para dar cuenta de la intensidad del momento compartido. Luego, increíblemente, suena una cumbia. Y otra. Y otra más. Bailan las Madres. Bailan los trabajadores. Bailan los Hijos. Bailan los veteranos referentes de derechos humanos -como Graciela Rosemberg, de la Liga- y chicos de seis, diez o tres años. Bailan los sobrevivientes, Alguna vez fue Sting el que nos cantó “Ellas bailan solas”. Lo que parece sentirse hoy ahí, en la calle de Comodoro Py, es exactamente eso: la alegría del fin de 35 años y tres horas de una poblada, injusta, impune soledad.

Voces

Lilia Ferreyra (última pareja de Rodolfo Walsh, integra actualmente el Centro de Estudios Legales y Sociales) dijo a lavaca: “Estoy muy conmovida. Recuerdo el título del último cuento publicado de Rodolfo: “Un oscuro día de justicia”. Hoy se iluminó. Al escuchar la sentencia sentía que de algún modo era la respuesta al alegato que el propio Rodolfo escribió hace 35 años en su Carta Abierta a la Junta Militar. Y escuchar que también son condenados a perpetua los responsables no sólo por la desaparición de Rodolfo y todos los demás. Pero hablando de lo más personal e íntimo, siento la conmoción de haber podido sobrevivir, porque todos esos textos inéditos de Rodolfo que se secuestraron y por los cuales ahora están siendo condenados, yo era la única que los conocía y estaban en nuestra casa de San Vicente. Al mismo tiempo es sentir esa tensión entre la vida y la muerte, y lo que puede significar la vida cuando sirve de testimonio por los crímenes cometidos. Mi cuerpo se enfermó antes de esto. Colapsó. Estuve una semana sintiéndome físicamente muy mal. Algo se desarticulaba. Y es curioso. Hoy es como que me siento que todo volvió a encajar. Las partes encajan. El pasado y el presente encajan en este momento de justicia”.

Graciela Daleo (secuestrada en la ESMA, una de las principales testigos en todos los juicios que se vienen llevando a cabo incluyendo el de los ex comandantes en 1985): “Yo que tengo tantas palabras, casi no tengo ninguna. Salvo para decir que celebremos este claro día de justicia, que no es un techo sino un piso en el que nos afirmamos para seguir la lucha. Y lo que rescato es que, sobre todo, esto hace aparecer a nuestros compañeros como militantes políticos y luchadores. Y a nosotros también. Por eso nos desaparecieron. Y ahora, a quienes aparecimos nos hace seguir tratando de contribuir a lo que es el resultado de una lucha colectiva. Hubo organizaciones de nuestro pueblo que tuvieron innegablemente una dinámica profunda para que esto ocurra, como las organizaciones de derechos humanos. Pero esto es colectivo. Ojalá lo viva como una victoria todo nuestro pueblo. No puedo dejar de señalar que este triunfo ha sido muy costoso. Jorge Julio López está desaparecido y él también contribuyó a esto. Que las próximas victorias incluyan también el castigo a los culpables de la desaparición de Julio”.

Eduardo Luis Duhalde (abogado, militaba junto al diputado Rodolfo Ortega Peña asesinado por la Triple A, logró escapar tras el golpe y fue activo participante en las campañas de denuncias internacionales contra la dictadura. Hoy es Secretario de Derechos Humanos). Dijo a lavaca: “¿Qué sensación puedo tener? El 24 de marzo de 1976 por la noche fueron a buscarme al domicilio donde creían que yo estaba, pero yo iba cambiándome, iba más adelantado que ellos, hasta que pude salir del país. Hoy no puedo decir que esto me produzca alegría; hay 86 muertos, desaparecidos, pero la sentencia condenatoria es la satisfacción de haber logrado que se hiciera justicia”.

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Es importante esta condena, pero tenemos que seguir, se tienen que abrir los archivos para que se sepa qué pasó con cada uno de los desaparecidos, y se sepa a quién entregaron los chicos de desaparecidos. No tiene que quedar un solo genocida impune. Lo que ellos no hicieron, lo hacemos nosotros, que tengan un juicio justo que se lleva a cabo con total respeto”.

Ana Careaga (ella misma fue secuestrada cuando tenía 16 años, embarazada, lo que hizo que su mamá, la paraguaya Esther Ballestrino de Careaga, se convirtiera en parte del grupo fundador de Madres de Plaza de Mayo. Ana resultó liberada, pero Esther resolvió seguir junto a las otras Madres, y terminó siendo ella una de las desaparecidas. Ana preside hoy el Instituto Espacio para la Memoria): “Es un día histórico, pero es importante después de 35 años seguir avanzando para que la sociedad tome conciencia de los crímenes aberrantes que vivimos. Después de dos años en este juicio, uno no puede salir igual que como entró a él. Esto tiene que ver con toda la sociedad argentina, no solo con las víctimas. Esto no se cierra, falta mucho todavía, hay que reformar los juicios, buscar la manera de hacerlos con mayor celeridad, pero bueno, siempre se luchó así y así se fueron consiguiendo las cosas. Pero los que tiraron gente viva al mar tienen que pagar por esos delitos. Es muy importante seguir avanzando en la búsqueda de justicia, pero este es el avance que ha logrado la lucha histórica de derechos humanos”

Estela Carlotto (presidente de Abuelas de Plaza de Mayo): “Esto fue escuchar las voces es lo que sentimos en nuestro corazón. Recordar a nuestros queridos desaparecidos. Estos bestias que parecen humanos, pero no lo son, entraron esposados, y ahora perpetua, cárcel común. Sin ninguna venganza, sino lo que corresponde en un país democrático, juzgar a semejantes bestias. Salimos bien. Yo creo que es una inyección para seguir luchando por lo que viene adelante. Por lo que falta. Sabemos que estamos condenando a los más feroces. Faltan los civiles, los jueces cómplices, ya se ha comenzado con eso. Y encontrar 400 nietos. Pero no hay que aflojar. Falta, pero hay que seguir avanzando. A Astiz no lo quería ni mirar porque tenía un rictus como de sonrisa. Muy patriota con la escarapela, pero no importa: ya está condenado”.

Adolfo y Perla Mango (del Equipo de Derechos Humanos de la Iglesia de Santa Cruz. Allí se reunían los familiares, y fueron infiltrados por Alfredo Astiz. Once de esos familiares fueron desaparecidos, incluyendo a Azucena Villaflor de Devincenti, Mary Ponce de Bianco y Esther Careaga, y las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet): “Esto ha provocado un montón de sensaciones, de alegría, de dolor. Escuchamos y acompañamos lo que dijeron las víctimas, y estuvimos estos dos años apoyándolos todas las semanas. Lo más importante es que se hizo justicia”.

Gastón Chillier, director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) destacó la recomendación del Tribunal a Naciones Unidas para que incorpore la eliminación de una persona por sus ideas políticas como causal de genocidio. Comentó además a lavaca: “Esto ha sido extraordinario. Después de muchos años la justicia llega, es un remedio para la víctima y para la sociedad. Esto fortalece a las instituciones democráticas y al Estado de Derecho para que no se vuelva a repetir. Está claro que las sociedades n pueden avanzar sobre la base de los crímenes más aberrantes. Es un paso importante de la sociedad argentina. Las absoluciones en definitiva son de personas que están involucradas en otras causas. Pero que haya absoluciones demuestra que estos juicios son legítimos y que las sentencias no están escritas de antes”.

María Adela Antokoletz (hija de una de las fundadoras de Madres, un hermano desaparecido): “Mi hermano estuvo en la ESMA, pero este no es mi juicio sino de toda la población y de todos los países hermanos que tienen personas desaparecidas en mi país. Durante el juicio, claramente los testimonios fueron desgarradores. Pero son la palabra, y a veces los silencios, los que dijeron la verdad sobre lo que ocurrió en este país”.

(LaVacaMu)

miércoles, octubre 26, 2011

CARMEN GLORIA QUINTANA, EL ROSTRO DE LA TORTURA. "Durante muchos años hemos sentido que molestamos""

Hasta el 2 de julio de 1986 Carmen Gloria Quintana tenía una vida normal. Estudiaba Ingeniería Civil en la U de Santiago, vivía con sus padres y sus cinco hermanos. Ese día, sin embargo, fue detenida junto a Rodrigo Rojas Denegri por una patrulla militar a cargo del teniente Pedro Fernández Dittus. Ambos fueron quemados vivos. Denegri murió y Carmen Gloria sobrevivió de milagro.

-¿Qué recuerdas de los días siguientes?

-Estuve prácticamente inconsciente todo el tiempo, dos veces en estado de coma, a punto de morir. Tenía el 65 por ciento del cuerpo quemado. Eran quemaduras profundas, de segundo y tercer grado. Tengo en la cara, brazos y piernas injertos de piel propia y de varios donantes. El costo era elevadísimo, creo que alcanzaba el millón de pesos diarios, y mi familia no estaba en condiciones de pagar eso. Lo cubrimos con la solidaridad de la gente, con la Vicaría y el FASIC, especialmente. Después varios países me ofrecieron atención médica y nos fuimos a Canadá con toda la familia. Estuve en Montreal desde septiembre del '86 a julio del '88. Creo que me habrán hecho unas 40 operaciones. Ahora debería realizarme otras más pero ya no quiero. Hasta hoy el olor de la anestesia me produce náuseas.

-¿Cómo fue para ti transformarte en un símbolo de la violencia de la dictadura?

-Mi primera aparición pública fue en las Naciones Unidas, en Ginebra, en marzo del '87. Yo era bastante tímida y fue emocionalmente muy fuerte relatar frente a tantas personas lo que me habían hecho. En esos momentos estaba muy mal físicamente. Pero también fue gratificante, porque sentí la solidaridad de todos los países. La gente aplaudió de pie y ese día, unánimemente, condenaron de nuevo al régimen de Pinochet por violar los Derechos Humanos. Sentí que mi testimonio podía servir para que el mundo se diera cuenta de la situación que se vivía en Chile. Fue una forma de canalizar mi dolor. En ese periplo de denuncia recorrí casi toda Europa. También fui a Australia, Canadá, Estados Unidos y varios países de América Latina. Al principio viajaba acompañada de algún familiar, a partir de 88 viajé también sola.

-¿Cuándo decidiste no seguir con las operaciones?

Las últimas fueron en los años 89-90. Estaba saturada. Y por esas fechas comencé también a ordenar mi vida, a continuar mis estudios.

-Ahí te cambiaste de Ingeniería a Sicología…

Si. Siempre me atrajo la línea humanista, la Filosofía, la Sicología. Pero me cambié también por lo que había vivido. Necesitaba explicarme la maldad humana, el fanatismo del poder, que lleva hasta el atropello de derechos fundamentales, de la vida misma. En el '90 también conocí a mi esposo, Juan Enrique, y todo eso me permitió continuar con mi vida, a pesar de lo que me había sucedido.

-También decidiste no dar más entrevistas.

En esa época yo era considerada por los medios como un símbolo de la tortura y la represión política en Chile. Lo fui por lo grave que me sucedió, pero también por la valentía con la que asumí todo esto. Estuve muy expuesta en los medios, sobre todo luego de la visita del Papa. Paralelamente estaba el juicio, con la reconstitución de escena. Me carearon con el tipo que me había quemado. También iba a Canadá a operarme y seguía denunciando. Fue todo muy rápido y yo estaba muy desconectada emocionalmente con lo que había vivido. Pero entre tanta actividad, hubo un punto en que me empecé a conectar conmigo, que deseé hacer lo que yo quería hacer: reiniciar mis proyectos personales, ser madre, esposa, trabajadora. Entonces me aparté de esa sobreexposición, avocándome a los aportes puntuales que podía hacer.

¿Cómo fue este reencuentro contigo misma?

-Yo estuve dos años en psicoterapia en el Instituto Latinoamericano de Salud Mental y Derechos Humanos, organismo del cual estoy muy agradecida por su compromiso con las víctimas. Cuando estaba embarazada de mi primera hija; tenía pesadillas muy traumáticas, soñaba que me perseguían, me enterraban cuchillos en el estómago. Soñaba con cárceles y con que me mataban. En la terapia, me di cuenta de que había estado tres años bastante disociada de mí misma; una disociación psicoafectiva muy fuerte. Y la terapia me sirvió mucho, porque aunque uno sepa muchas cosas desde lo racional, inconscientemente también tiende a culparse por las circunstancias. Uno dice "por qué salí ese día, por qué no me quedé en casa. No me habría pasado nada, no habría hecho sufrir tanto a mi familia…". Mis padres se separaron después de nuestro viaje a Canadá, mi familia quedó dividida; hubo un montón de situaciones que todavía son dolorosas para mí. Uno se autocuestiona y hasta llega a perder la perspectiva de que el gran culpable de todo esto es Pinochet y todos los políticos que sustentaron a esa dictadura. Ellos usaron muchos artilugios psicológicos para destruir a la gente: a las mujeres de los Detenidos Desaparecidos les decían que sus maridos se habían ido del país, que andaban con otras mujeres y así llevaban la culpa a la familia, privatizaban el dolor y diluían la responsabilidad del Estado.


LA ABYECCIÓN DE TORRES SILVA

-Tu caso fue llevado por el juez Alberto Echevarría y el fiscal militar Torres Silva. ¿Qué te producen hoy esos nombres?

Evocan la maldad y la abyección. Es gente sin ética y siento lástima por lo que han llegado a ser como personas, porque han usado su conocimiento para destruir los valores básicos en que se sustenta la sociedad. Ojalá tuvieran ocasión de arrepentirse y pedir perdón. Pero es difícil que lo hagan. Es gente que tuvo mucha responsabilidad en que los procesos se eternizaran y en el sufrimiento infligido a muchas víctimas. Los procesos judiciales de la dictadura -no solamente el mío- fueron como una segunda traumatización. Porque las víctimas necesitan que las instituciones que nos hemos dado como sociedad, las validen en su experiencia y pongan efectivamente las cosas en orden. Yo necesitaba que los tribunales dijeran "los militares la quemaron viva intencionalmente". Yo necesitaba mucho ese reconocimiento del Poder Judicial para saber que no vivía en un mundo sicótico. Pero todas las violaciones a los derechos humanos fueron sistemáticamente negadas. A mí me decían que me había quemado sola, que andaba trayendo bombas y una gran parte de la sociedad no quería creer la verdad. Eso constituía un mundo sicótico, un país sicótico, que dudaba de su propia realidad.

-¿Qué recuerdas de ese juicio?

En mi caso fueron 15 años de trámites, de ir a declarar, de reconstituciones de escena, de careos, de sufrir amedrentamiento, secuestro de testigos. Mi propia hermana Emilia, sin tener arte ni parte, estuvo detenida seis días para que "reflexionara" su declaración inicial. A otros testigos los secuestró la CNI, los paseaban con los ojos vendados, encañonados. Era como si se pretendiera castigar a las víctimas por atreverse a denunciar y a exigir justicia. De ahí la necesidad de que el Poder Judicial diga quiénes son los responsables y se les castigue. El reconocimiento es la parte más fundamental de la reparación. Reconocer que esto sucedió y que hay culpables, y que éstos paguen su responsabilidad frente a la justicia, es algo que nos da madurez: es asumir como adultos nuestras responsabilidades. En ese sentido, los que idearon esta represión, los que dieron instrucciones y los que las ejecutaron deben asumir su responsabilidad. Y si es necesaria la cárcel, que vayan a la cárcel

-El teniente Fernández Dittus, sin embargo, salió casi indemne.

En total fue condenado a 600 días, y le fueron descontados los que cumplió en un regimiento. Aquí influyó mucho el fiscal Fernando Torres Silva, porque gracias a su voto se produjo un empate en la Corte Suprema: tres jueces opinaron que esto era homicidio calificado y lesiones graves, mientras otros tres votaron por cuasidelito de homicidio. En Chile cuando hay empate se otorga la pena que favorece al reo. Pero eso implicaba que no se validara lo que yo había vivido ni declarado, ni lo que declararon otros varios testigos ni lo que el propio Rodrigo Rojas dijo antes de morir. Fue un caso flagrante de negación de justicia. Todos los juicios en que tuvo participación el fiscal Torres Silva deberían ser declarados nulos por su cobarde servilismo con Pinochet. Él, deshonestamente, trabó la posibilidad de justicia en muchos casos.

-Como sicóloga has atendido a víctimas de las violaciones a los derechos humanos ¿Cómo los afecta hoy lo que vivieron en la dictadura?

Yo he atendido segundas y hasta terceras generaciones de gente violentada por la represión, todos con bastante daño psicológico. Son familias muy traumatizadas, deshechas. Durante mucho tiempo, para proteger a los niños, mantuvieron esas experiencias en secreto. Instauraron un mundo sin dolor, que sin embargo, era una falsa protección porque el dolor lo llevaban dentro y lo transmitían inconscientemente. Por eso en los jóvenes ves angustia, ansiedad. En ese sentido creo que en el Informe Valech debió haber una propuesta de reparación para la salud mental de las víctimas. En ese tema hay una carencia absoluta. Todos hemos tratado de sobrevivir, pero a muchos se nos ha acabado el disfrute por la vida.

LA VILEZA DE SZCZARANSKI

-Las víctimas reclaman contra del Consejo de Defensa del Estado (CDE) por su actuación en el tema de las indemnizaciones. ¿Cómo ha sido tu experiencia?

La postura del CDE y de la señora Clara Szczaranski me causó mucho dolor. El organismo que ella dirige ha usado los mismos argumentos de la dictadura para defenderse. No tengo ningún buen concepto de ella, por la vileza con que ha actuado.

-¿A qué argumentos te refieres?

El CDE alegó que yo me había quemado sola y que no tenía daño moral porque me había casado, tenía hijos y era una exitosa profesional. En ese punto ella actuó en forma muy desleal: una vez, ingenuamente nos reunimos con ella en una casa particular para saber en qué postura estaba y mi marido le contó que yo era psicóloga, que trabajaba, que estábamos bien como familia, contentos. Ella usó esas cosas personales en mi contra. Me pareció de una bajeza horrible. En otra ocasión llegó a decir: "No te podemos indemnizar porque eso sería precedente para que, si un carabinero borracho atropella a alguien, éste demande al Estado". Pero si el rol de Szczaranski es defender el bolsillo del Estado, cómo se explica su obsecuencia en el caso de los Pinocheques. Al hijo del dictador se le perdona haber estafado al fisco, mientras a una víctima se le pretende negar por todos los medios una indemnización. Uno se pregunta qué valores defiende el CDE, ¿el derecho a la vida?, ¿los Derechos Humanos? ¿las medidas que se inscriben en el Informe Rettig para ser sustentadas por parte del Estado? Yo creo que ninguno de esos. El CDE está dirigido por el interés económico, pero también por las ansias de poder de Szczaranski, que ha transformado al CDE en una instancia truculenta y oscura.

ESA JOVEN ERA YO

¿Qué te pareció el Informe Valech?

-Es un gran avance en cuanto a que reconoce la verdad de los torturados, de la gente que sufrió prisión política. Esa era una gran deuda con todas esas personas, entre las cuales me incluyo. Fue injusto para mí cuando en el Informe Rettig ni se me menciona: "Rodrigo Rojas fue quemado vivo junto a una joven", dice. ¡Esa joven era yo! De ahí el dolor, para mucha gente que sufrió la represión, de no ser consignada en la historia. En ese sentido es un gran avance. Lo nefasto es la omisión de los nombres de los torturadores. Yo creo que debieran conocerse porque son los responsables, los ejecutores de las torturas y de tanto dolor. Sólo así se puede llegar a una reconciliación real.

¿Esperabas que este informe llevara a la derecha a reconocer su responsabilidad?

La reacción de Lavín y de UDI era previsible, aunque tal vez todos guardáramos una cuota de ingenua esperanza en algún tipo de reconocimiento. El mezquino cálculo electoral les hizo perder la oportunidad histórica de reconciliarse con el país. Seguramente cargarán por mucho tiempo, sino por siempre, con la sombra de la dictadura. Si hubieran sido valientes y responsables con el proyecto que sustentaban en esa época, habrían reconocido que fueron parte importante del apoyo institucional a una dictadura que torturaba. Tenía la esperanza de que apareciera esa valentía, pero no ocurrió. La postura de las FFAA ha sido más valiente, aunque debería traducirse en hechos concretos como entregar toda la información que poseen. Por ejemplo, en mi caso, el Ejército hizo una investigación interna cuyos resultados nunca se conocieron. No hubo sanciones. Por el contrario, al teniente Fernández Dittus se le premió con un ascenso a capitán y fue jubilado a los 35 años por "causas médicas" que nadie sabe.

-¿Qué te pareció la declaración de la Corte Suprema?

Resulta patético que el Poder Judicial no haya reconocido la responsabilidad que le cabe. Es algo muy insano. Es terrible cuando una institución básica de la sociedad no funciona y asiente todo tipo de atropellos. En mi caso fueron evidentes los desaciertos y la mala fe de algunos jueces. Si hubieran tenido otra actitud habrían evitado muchos dolores, familias destruidas. Ellos se escudan en el temor y el temor es humano. Pero las personas también tienen la capacidad de discernir. Si todos los magistrados hubiesen renunciado concertadamente habrían revertido muchas cosas. Es decir, el temor puede ser un argumento individual, aunque sólo hasta cierto punto. Lo que no se puede es colocar ese mismo argumento a nivel institucional, porque ningún país merece tal incompetencia en su Poder Judicial.

En una entrevista dijiste que "las víctimas han sido marginadas del proyecto político". ¿Qué le falta a la Concertación en materia de DDHH?

Durante muchos años las víctimas hemos sentido que molestamos. Se nos ha hecho aparecer como un impedimento para que la sociedad avance. Pero avanzar no significa ocultar la verdad ni validar lo que hizo la dictadura. Avanzar significa mirarse de frente y asumir los dolores y las responsabilidades de todos. Los informes Rettig y Valech fueron un avance. Pero la llamada Mesa de Diálogo fue un triste circo, que no entregó la información requerida. Falta mirar con perspectiva de futuro, no con la mezquindad de la cosa chica ni como hace Szczaranski en el CDE. Se hace mucho daño a las personas y a la sociedad cuando hay doble discurso sobre un mismo tema, y ese doble discurso entrampa a la Concertación.

(semanario-alternativas.info)

martes, octubre 25, 2011

"CUESTA IMAGINAR LO QUE SOPORTARON EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ORDUÑA". Entrevista a Joseba Egigure, periodista

Alrededor de 50.000 prisioneros de guerra republicanos y gudaris padecieron el campo de concentración de Orduña. En su libro, Joseba Egiguren se encarga de ofrecer detalles acerca de un episodio poco conocido.

Tres años de trabajo y ve la luz este libro, ¿cuál ha sido el principal obstáculo al que se ha enfrentado?

Lo más difícil ha sido encontrar ex prisioneros, porque quedan muy pocos, tienen más de 90 años y están dispersos por todo el Estado español. El otro gran obstáculo ha sido bucear en los archivos civiles y militares en busca de documentos relativos al campo. Por desgracia, la documentación que se guarda al respecto es muy poca y está muy dispersa.

¿El campo de concentración de Orduña tenía unas características propias respecto a otros?

Probablemente la función de todos los campos franquistas en Euskal Herria fue similar, es decir, la reclusión preventiva, la clasificación y la ``reeducación'' de los prisioneros. Lo más destacable tal vez sea la capacidad que le asignaron, 5.000 personas. Era un campo grande.

¿Cuántos prisioneros pasaron por Orduña?

El tránsito de prisioneros fue constante. Por ejemplo, hubo un día de abril de 1938 en el que se registraron 1.111 altas. Lamentablemente no se han guardado suficientes informes o memorias acerca de las entradas y salidas. Así que la respuesta exacta a esa pregunta es una incógnita, pero probablemente fueron 50.000.

Sorprende la presencia de muchos catalanes...

La procedencia de los prisioneros varió en función del desarrollo de la guerra. De ahí que hasta finales de 1937 probablemente fuera muy numerosa la presencia de gudaris que lucharon en Bizkaia, así como de civiles de la comarca del Alto Nervión. Pero a partir de 1938 la mayoría de los cautivos procedían de los frentes de Aragón, Levante y Catalunya.

¿El campo marcó la vida de la localidad?

El campo ejerció una función didáctica sobre la ciudadanía orduñesa. Todo el mundo sabía que en aquel colegio se encerraba a los prisioneros antifranquistas, y que las condiciones a las que se les sometía eran insufribles. La población veía a los prisioneros que iban y venían por las calles del pueblo, y aprendió con rapidez que el único camino que les quedaba era el de la obediencia y la sumisión.

¿El tema de este campo ha sido tabú en la ciudad?

Ignoró la razón por la que hasta ahora no se ha desvelado esta historia. A mí me atrapó al instante, me parece apasionante. Creo que era mi deber investigar lo que ocurrió y divulgarlo. No me parecía justo que todo quedase olvidado u ocultado por más tiempo.

Los testimonios hablan de la crudeza de la vida allí...

Realmente cuesta imaginar las condiciones infrahumanas que tuvieron que soportar. Estaban en manos del enemigo contra el que habían luchado, en la más absoluta indefensión y sin ningún tipo de garantía judicial. Apaleados hasta la muerte en el patio, humillados constantemente, ateridos de frío, sin ropa, medio muertos de hambre, llenos de piojos... Debió de ser horrible.

¿Quiénes se beneficiaron del trabajo esclavo de los presos?

El mayor beneficiario fue el Ayuntamiento, porque utilizó la mano de obra cualificada y dócil de los prisioneros para realizar todo tipo de trabajos. Rehabilitaron varios edificios pú- blicos y privados del pueblo, entre los que destaca el monumento a la Virgen de la Antigua que se alza en la cumbre del monte Txarlazo, el símbolo de la ciudad. El Ayuntamiento, además, ganó dinero con su presencia, recibió 0,7 pesetas por cada prisionero al mes.

Tras su investigación, ¿queda algún punto oscuro en el que profundizar?

Ojalá algún día aparezcan las tarjetas de clasificación y los informes de cada uno de los prisioneros, las memorias con los registros de entradas y salidas, la cantidad real de fallecidos y, en general, el enorme volumen de documentos que necesariamente tuvo que generar un centro como este. Sería de gran interés. A pesar de todo, creo que se ha dado un paso de gigante en el conocimiento de este episodio histórico olvidado durante 75 años, que sin duda fue el más infame del siglo pasado en Orduña

(Gara. 24 / 10 / 2011)

LURRA ASTINDUZ.Gazteek justizia historikoaren lekukoa hartu zutenekoa

Karrika Antzerki Taldeak hogei bat antzezle gazteren lana estreinatu zuen ostiralean, urriaren 21ean, Durangoko Santa Ana plazan bertan.

Durango 1936 Kultur Elkarteak antolatutako “Agurrik gabeak” borrokalari antifaxistei omenaldiaren laugarren edizio horretan ia 800 bat lagun batu ziren. “Lurra astinduz” izenburupean, gure bizimoduetara faxismoak ekarritako izua azaldu zuten Karrikakoek. Herrian zabaldu zen beldurra orduko emakumeen gorputzetara hedatu zen: isiltasuna, erasoak, irainak, inpotentzia, baina printzipioen duintasuna. Era berean, gizon garaituen gizarte menderatu hartan, emakumeen arteko elkartasunak laguntasun sareak osatu zituen. Karrikakoen freskotasunak gaiaren inguruan egindako zenbait filmek lortu ez duten eragina gerturatu zuen: minari neurri hartzeko irribarrea justiziaren aldarriak irudikatzen du.

Azken batean, “Lurra astinduz” antzezlanak faxismoaren ezaugarriak ikusi eragin zituen: jazarpena eta umilazioa. Historiak hirugarren ezaugarria zehaztu digu: inpunitatea. Hortaz, belaunaldi gazteek faxismoaren inpunitatea gainditzeko lehen pausuak egin dituzte. Justizia historikoaren aldarriaren lekukoa eskuz aldatu da.

Aurrera Euskal Herri berria!

Durango 1936 Kultur Elkartea * E.H

lunes, octubre 24, 2011

ACTOS POR LA MEMORIA EN SARTAGUDA Y LODOSA ORGANIZADOS POR AHAZTUAK 1936-1977 Y ASKAPENA. Video de la ofrenda floral realizada en Sartaguda

ACTOS POR LA MEMORIA EN SARTAGUDA Y LODOSA ORGANIZADOS POR AHAZTUAK 1936-1977 Y ASKAPENA. Video del acto realizado en la plaza de Lodosa

LA MEMORIA HISTÓRICA NO TIENE FRONTERAS

La asociación Ahaztuak 1936-1977 y la organización internacionalista Askapena se unieron ayer para organizar primero en Sartaguda y después en Lodosa un acto de Memoria Histórica que sirvió para recordar y homenajear a las víctimas de dos dictaduras "con muchas similitudes", señalaron los organizadores, la del Estado Español a partir de 1936 y las de Argentina tras el golpe de Estado de 1976 que dio la Junta Militar.

En particular, hubo un reconocimiento para María Mercedes Colás Irisarri, una lodosana que fue víctima por partida doble. Primero tuvo que vivir el asesinato de su padre, dirigente local de la CNT, José María Colás, en 1936 en Tudela y después, tras exiliarse a América, vio cómo su hija, Alicia Meroño, desaparecía en 1978 junto a otros 30.000 argentinos en el país austral víctima del régimen. Actualmente, Colás, de 86 años, es la vicepresidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, y viaja anualmente a su localidad natal a visitar a sus parientes, aunque no pudo estar presente en el homenaje.

La placa que le entregaron los organizadores la recogió su sobrina-nieta, Patricia Jarauta, quien la describió como una persona con mucha vitalidad aun con su edad. "Ya no quiere que le hagan entrevistas, se siente un poco cansada, pero cuando estás con ella tomándote un café tranquilamente te cuenta lo que sufrió. Todos los años viene un mes aquí, se queda unos días en nuestra casa y otros en casa de su nieto, que vive en Madrid. Y los jueves va siempre a la plaza de Mayo en Buenos Aires", agregó Jarauta, quien le hará llegar la placa a la mayor brevedad.

En total, algo más de 200 personas se reunieron ayer primero en el Parque de la Memoria, donde hubo una ofrenda floral, y después en Lodosa. Martxelo Alvarez, de Ahaztuak, animó a seguir recordando "a las víctimas en Euskal Herria" y, sobre todo, reclamó que "se conozcan los nombres de los asesinos, para que se haga justicia y que por lo menos tengan el juicio de la Historia".

Puso como ejemplo Argentina, donde "la presión popular ha hecho que más de 200 responsables sean juzgados y algunos estén en la cárcel", para terminar añadiendo que "la lucha de las víctimas será siempre nuestra lucha". Durante el acto, amenizado con música y bajo el lema Memoria, dignidad y lucha, se escuchó un audio de Colás realizado por una brigada de Askapena que ha estado en Argentina compartiendo experiencias sobre la Memoria Histórica y su trabajo, y de donde surgió la idea del acto fruto de la colaboración con Ahaztuak. Xabier Erauskin, de la CNT, se encargó de cerrar los discursos en un acto al que también asistieron miembros de la asociación Pueblo de las Viudas y que se cerró con una comida y un concierto de Salvador Amor y Gabriel Ortega.

(Noticias de Navarra. 24 / 10 / 2011)

ACTOS POR LA MEMORIA EN SARTAGUDA Y LODOSA ORGANIZADOS POR AHAZTUAK 1936-1977 Y ASKAPENA

En un ambiente emotivo cargado de esperanza y reivindicación se desarrolló, ayer domingo 23 de octubre de 2011, el Dia de la Memoria en las localidades navarras de Lodosa y Sartaguda impulsado por la Asociación Ahaztuak 1937-1977 y Askapena.

La jornada tuvo inicio a las 11:30 de la mañana en el Parque de la Memoria en Sartaguda, donde algo más de dos centenares de personas se dieron cita para homenajear la memoria histórica y para mantener la llama encendida que ilumine la reivindicación y el recuerdo de los hombres y mujeres asesinados durante el alzamiento fascista del 36 y los oscuros años posteriores.

Tras la intervención de un miembro de Ahaztuak 1936-1977 y otro de Askapena, agradeciendo la presencia de los convocados, el musico salvadoreño Txanba Payes interpretó "Milonga del fusilado", canción emblemática del grupo uruguayo "Los Olimareños", estrofas convertidas en himno en la resistencia a las disctaduras militares sufridas en Latinoamérica. Ante la emoción a flor de piel de los presentes, un sentido aplauso dio lugar a la aportación de un vecino de Sartaguda que micro en mano y lágrimas en los ojos reivindicó la lucha y el recuerdo de tantos y tantas hombres y mujeres de este pueblo a los que el fascismo les arrebató los sueños, condenando al olvido la lucha por la que dieron a vida. Hombres y mujeres de a pie que están en el recuerdo afianzando el presente en la consecución de un futuro digno cargado de memoria, ingrediente fundamental para garantiar que los hiños y niñas de hoy sepan como se forjó el futuro que les espera.

El acto tuvo continuidad a las 13 horas en la plaza de Lodosa, donde ante una 200 personas se profundizó en el homenaje tomando parte los discursos de recuerdo de las asociaciones convocantes (Ahaztuak y Askapena) más un representante del sindicato anarquista CNT.

Máximo protagonismo tomó la figura de una Madre de Plaza de Mayo (de Argentina) llamada Mercedes Colás irisarri, vecina de Lodosa que sufrió las garras del fascismo en ámbos márgenes del Atlántico. Tras nacer en Lodosa y llegar con su padre (sindicalista de la CNT en Lodosa) a Argentina, el golpe de Estado de 1930 realizado por los militares, obligó a su familia buscar cobijo en Lodosa, a donde llegaron en 1930. Con 12 años recien cumplidos, Mercedes fue testigo del alzamiento militar fascista producido en 1936 y tuvo que sufrir en carne propia el fusilamiento de su padre y el consiguiente escarnio sufrido por los familiares de los mismos: le cortaron el pelo, la hicieron desfilar por el centro del pueblo para humillarla colectivamente. Al año siguiente (1937) su madre consiguió exiliarse a Hendaia, desde donde emprendieron nuevamente camino Hacia Argentina, donde creció, trabajó y formó una hermosa familia hasta que nuevamente las garras de fascismo la pusieron en el punto de mira nuevamente. En 1977, su hija fue secuestrada por los grupos parapoliciales de la dictaduraa Agentina y su hija es hoy en día una de las 30.000 desaparecidas por la dictadura militar sanfrienta instaurada en 1976.

Es por esto que su figura ha tomado un protagonismo especial en esta jornada de recuerdo realizada en Sartaguda y Lodosa en el día de hoy. Su testimonio h estado presente por medio de una entrevista realizada hace unas semanas donde ella explica el orgullo que significa ser la madre de una desaparecida y del trabajo en pro de la memoria histórica que realizan las Madres de Plaza de Mayo en Argentina. Un ejemplo cargado de dolor, pero rebosante de esperanza y futuro, en la búsqueda de justicia y reconocimiento.

El acto de la jornada del Dia de la Memoria tuvo continuidad en una nutrida comida popular (180 personas) en el Frontón de Lodosa donde y que culminará con la actuación de los músicos Salvador Amor y Gabriel Ortega que presentarán el último trabajo del dúo artístico que conforman llamado "Rojo Cancionero y banderas rotas". En el mismo aúnan música y poesía llegando a la fibra de todos los presentes, poniendole música y versos al recuerdo de lucha y esperanza de tantas personas anónimas que hoy fueron protagonistas en el acto realizado.

(Servicio de prensa de Askapena)

HOMENAJE A MERCEDES COLÁS, VICTIMA DEL FRANQUISMO Y DE LA DICTADURA ARGENTINA

En Argentina se la conoce oficialmente como Mercedes Meroño, aunque también recibe el nombre cariñoso de Porota. Junto con Hebe de Bonafini, es uno de los rostros más populares de las Madres de la Plaza de Mayo. Sin embargo, su apellido original es Colás, su padre se llamaba José María y era vecino de Lodosa. La historia ha sido cruel con Porota, pues el fascismo le golpeó en Erribera y en Argentina. Ayer se le rindió homenaje en su pueblo, en un acto organizado por Ahaztuak 1936-1977 y Askapena, en el que también se llevaron flores al Parque de la Memoria de Sartaguda.

«El ejemplo más claro de la hermandad de los represaliados en Nafarroa es el de Mercedes Colás Irisarri», explica Martxelo Álvarez, de Ahaztuak. Colás nació en 1925 en Argentina. Su padre empezó a tener contactos allá con los anarquistas italianos, por lo que cuando llegó el golpe de Estado del año 30, decidieron regresar a Lodosa. Ya en su pueblo, José María Colás se convertiría en uno de los referentes de la CNT. Después de que Mola se alzara en Iruñea de la mano de los carlistas, Colás estaba prácticamente sentenciado. Le cogieron en Tutera y -como a otros 3.167 navarros- lo mataron. Colás fue fusilado el 3 de agosto de 1936. Era albañil.

Un año después, la viuda y las dos hijas de Colás consiguieron cruzar la frontera por el norte y, de ahí, regresar a Argentina. Pero antes de poder escapar, a Mercedes le hicieron bautizarse y comulgar. Su padrino forzoso fue Aramendia, un mando requeté cuyo nombre conocen bien los que continúan rescatando a gente de las cunetas. Como comentó ella en una entrevista, su madrina fue «una ricachona del pueblo, ya que me trataban como un trofeo». Tenía entonces once años.

De vuelta en América es cuando Mercedes se casó y adoptó, por propia voluntad, el apellido de su marido, Meroño. Tuvieron una hija, que comenzó a militar en formaciones de izquierda. Porota - que no pudo estar ayer presente en su homenaje- cuenta que no sabe exactamente en qué formación luchaba su hija. Cree que en una rama de la izquierda peronista, pero asegura que Alicia no encajaba bien con el peronismo. El hecho es que el 6 de enero de 1978 fue la última vez que la vio. Alicia Meroño es una más de los 30.000 desaparecidos que dejó la dictadura argentina.

Del Parque hasta Lodosa

El homenaje a Porota comenzó poco antes del mediodía, con una ofrenda floral a todos los muertos. Martxelo Alvarez instó a todos a desenterrar lo mucho que queda en las cunetas, y no sólo los huesos, sino también las ideas. Destacaba en el acto un grupo de militantes de la CNT, con enormes banderas negras y rojas. El toque internacionalista quedó a manos del cantautor salvadoreño Txanba, que lleva 18 años como refugiado político en Euskal Herria,y que tocó la «Milonga del fusilado». «Esta canción se canta a todos los que han muerto combatiendo al fascismo», explicó el músico salvadoreño.

Poco después, el homenaje se traslado tres kilómetros, hasta el centro de Lodosa, pueblo natal de Colás. Esta localidad, sin haberse convertido en lugar referencial como su vecina Sartaguda (el Pueblo de las Viudas), tiene el triste honor de ser el pueblo con el porcentaje más alto de fusilados de Nafarroa.

En el centro del pueblo, se celebró el segundo acto reclamando verdad, justicia y reparación. Estuvo presidido por una enorme fotografía de Mercedes Colás y se pudo escuchar una entrevista con ella. Además del grupo de la CNT y de los simpatizantes de Ahaztuak y Askapena (muchos de los cuales llegaron en autobús desde Bizkaia), acudieron a la cita descendientes de fusilados y personas de referencia de la recuperación de la memoria, como el cronista de las matanzas de Buñuel Pedro José Francés.

Tras el acto de la una de la tarde, se celebró una comida popular con 180 personas. Después, volvió a llegar el turno de la música, con un concierto de canciones revolucionarias a cargo de Salvador Amor y Gabriel Ortega.

(Gara. 24 / 10 / 2011)

domingo, octubre 23, 2011

LODOSA (NAFARROA). ACTO DE MEMORIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD. Será el domingo día 23 de Octubre organizado por Ahaztuak 1936-1977 y Askapena


El pasado verano desde la organización de solidaridad internacionalista Askapena se nos hizo la propuesta de colaborar con la preparación de alguna de las Brigadas que anualmente desde esta organización envian a diferentes paises. La propuesta era ver la posibilidad de incorporar la perspectiva de la Memoria Histórica Democrática y Antifascista de Euskal Herria a alguna de dichas brigadas y a las tareas de conocimiento e intercambio que desde el punto de vista internacionalista realizan allá donde van.

Evidentemente nuestra respuesta fue un si rotundo y el planteamiento de concretarlo en torno a la brigada que iba a ir a Argentina, para lo que les propusimos un pequeño plan de trabajo que incorporaba, previo a su partida, una pequeña charla de conocimiento e información en torno a la dinámica de lucha por la Memoria, de denuncia de la impunidad para con los crimenes del régimen franquista y de reclamo de los derechos que como victimas del régimen franquista nos correspònden y nos son negados. Y junto con ello tambien una pequeña introducción a la memoria histórica democrática de Argentina, esa memoria tan estrechamente vinculada a la denuncia del genocidio cometido por la Junta Militar que dió el golpe en 1976 y a la lucha contra la impunidad de sus crimenes.

Esa brigada fue a Argentina y alli realizó diferentes trabajos y conoció diferentes experiencias y a traves de todo esto incorporó esa perspectiva de la Memoria Historica Democrática y Antifascista, situandola tambien en una lectura de intercambio solidario: llevaron y transmitieron la Memoria de Euskal Herria, trajeron y transmitirán en cierta medida la Memoria de Argentina.

Subrayando todo esto desde Ahaztuak 1936-1977 y Askapena hemos decidido hacer conjuntamente un acto de memoria, donde saludemos y reflejemos ese intercambuio, esa interrelación de dos memorias solidarias, por luchadoras, por democráticas, por antifascistas....

Y hemos elegido Lodosa, una localidad de la Ribera navarra para hacerlo. Y hemos decidido que sea asi por lo que este pueblo tiene de simbologia de esas dos memorias que se tocan, que se unen en un terreno común de sueños arancados a sangre y fuego, de sufrimiento y de lucha por una sociedad libre de hombres y mujeres libres... La Lodosa de donde tuvo que huir Mercedes Colás Irisarri despues de que los fascistas asesinaran tras el golpe de estado del 18 de Julio de 1936, la misma mujer que exiliada en Argentina sería la madre de Alicia Meroño, una de las desaparecidas por la dictadura argentina, una de las victimas de esos otros genocidas, la misma mujer que hoy es una de las "Madres de Plaza de Mayo"... Lodosa simbolo de esas dos memorias, de la lucha contra la impunidad.

Todo esto estará, será, en nuestro acto de memoria del próximo día 23 de octubre, domingo.

Adjunto a este texto esta el cartel que anuncia esta jornada a la que os invitamos a asistir y que incorporará varias actividades: una ofrenda floral en el Parque de la Memoria de Sartaguda, y ya en Lodosa un acto central, una comida popular y un concierto de Salvador Amor y Gabriel Ortega.

Desde Bilbo habrá autobús para ir y el precio será de 30 euros, donde estan incluidos viaje y comida. El que vaya por su cuenta solo ha de abonar 10 euros de la comida.

Toda aquella persona que quiera compartir ese dia con nosotros y quiera quedarse a la comida deberá ingresar con fecha tope del jueves dia 20 de octubre esa cantidad (autobús y comida=30 euros, sólo comida= 10 euros) en el siguiente número de cuenta:

BBK 2095 0221 30 9107856634


Os esperamos

AHAZTUAK 1936-1977 - ASKAPENA

sábado, octubre 22, 2011

TAFALLA RINDE HOMENAJE A LOS 86 FUSILADOS EN LA TEJERIA DE MONREAL

En la Tejería de Monreal mataron a veintisiete de Tafalla, veinte de Azkoien, doce de Agoitz, doce de Berbinzana, tres de Gallipienzo, dos Cáseda, dos de Murillo el Cuende, uno de Caparroso, uno de Iruñea y otro de San Martín. Ocurrió hace 75 años, pero los nombres de todos ellos se conservan para la historia. Estaban desarmados, pues ya habían sido presos y llevaban tiempo recluidos en el penal de Tafalla. Cuentan los que compartieron con ellos la penuria que los de Azkoien eran los más pesimistas, los que acertaron, porque ya les había tocado ver cómo se llevaban a los suyos para fusilarlos.

Ayer se celebró un acto por la memoria de todos en el cementerio, cuando se cumplen 75 años de la saca principal, en la que mataron a 74 personas.

Los familiares que acudieron al cementerio de Tafalla se emocionaron cuando se bailó el aurresku. Además del baile y la entrega de las flores, se colocaron dos banderas: la republicana y la ikurriña. El camposanto alberga la tumba donde yacen los restos de los fusilados. Los huesos no tienen nombre.

Al igual que en otros lugares de Nafarroa, cuando murió el dictador, desde estos pueblos acudieron a la fosa común y recogieron a los suyos, repartiéndose los restos sin identificar según el número de vecinos de cada localidad allí enterrados. Durante el acto de ayer, se leyó el texto de una moción que presentará Bildu el último martes de este mes para su aprobación en Tafalla, en recuerdo de los 27 tafalleses y de las otras 3.135 personas ejecutadas por el terror de 1936. A la salida del cementerio, se dejó sobre la tumba un ejemplar del libro «De la Esperanza al Terror» (que cumplió ayer 25 años) y un número de la edición de ayer de GARA.

(Gara. 23 / 10 / 2011)

viernes, octubre 21, 2011

JORNADAS "LA TRANSICIÓN FALLIDA. LA RUPTURA PENDIENTE. ¡ES LA HORA DE LOS PUEBLOS!" . La primera se celebrará el próximo viernes día 21 de Octubre


ACTO PRESENTACIÓN:

21 DE OCTUBRE DE 2011

19,30H

CAUM (Pza. Tirso de Molina, 8 1º)


INTERVIENEN:

Miguel Ángel Muga

(Foro por la Memoria / Madrid)

Martxelo Álvarez

(Ahaztuak 1936-1977 / Euskal Herria)


Compañer@s:

Desde los colectivos convocantes, hemos considerado oportuno el llevar a reflexión las distintas cuestiones pendientes, silenciadas y tergiversadas durante 35 años; porque creemos que la situación actual, cada vez mas deteriorada, tanto en lo político y social como en lo económico es consecuencia de primero una dictadura totalitaria y cruenta que impuso un capitalismo salvaje y que usó los métodos más aberrantes para acabar con todo tipo de pensamiento liberador de las personas y de los pueblos y en segundo lugar de la llamada Transición, continuidad de los 40 años anteriores impulsada por los reconvertidos en demócratas que, como reconoció no hace mucho Jaime Mayor Oreja, vivieron con toda placidez en el franquismo.

Con todo ésto, queremos desarrollar una serie de talleres-charlas abiertas para profundizar, informar y debatir con los compañer@s que deseen acercarse a este espacio.

Cuando en los últimos tiempos acontecimientos políticos y movilizaciones sociales de envergadura, han puesto en evidencia los límites y déficits democráticos del marco político actual; cuando desde numerosos ámbitos culturales, sociales, políticos… etc., se habla cada vez más abiertamente de la denominada “segunda transición”; consideramos necesario y oportuno, ante el futuro que se avecina, abordar sin complejos ni tabúes el debate sobre el marco territorial actualmente existente y conocer en profundidad las diferentes realidades y las luchas emancipatorias de las clases populares en los distintos pueblos del Estado Español y su confrontación con el marco actualmente vigente. Entendemos que como decimos en el título del Taller “ES LA HORA DE LOS PUEBLOS”.

OBJETIVOS.- Profundizar en el mutuo conocimiento de las luchas que se desarrollan en los Pueblos del Estado Español.

URRETXU Y ZUMARRAGA HOMENAJEAN A LOS VECINOS FUSILADOS EN 1936 EN HERNANI


Los ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga han organizado dos actos para homenajear y recordar a los siete urretxuarras y dos zumarragarras que fueron fusilados por las tropas franquistas el 20 de octubre de 1936 junto al cementerio de Hernani. Ayer se cumplió el 75º aniversario de este fusilamiento múltiple y los familiares se acercaron al cementerio de la mencionada localidad para realizar una ofrenda floral ante la placa que recuerda a los nueve vecinos. Mañana, a las 13.30 horas, se les brindará un homenaje en el ayuntamiento de Urretxu. Cabe recordar que en aquel otoño del año 1936 los franquistas fusilaron a cerca de 200 personas en el cementerio de Hernani.

75 años después los ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga han considerado necesario recordar aquel lamentable episodio. En su declaración institucional señalan que "han pasado 75 años desde que se produjo el alzamiento, se eliminó la República y se impuso la dictadura de Franco. Poco a poco, gracias a numerosas iniciativas, las nuevas generaciones estamos recibiendo información relacionada con los episodios de violencia que se sufrieron en Euskal Herria".

Uno de estos episodios tuvo como tristes protagonistas a los mencionados nueve vecinos de las dos localidades. Estos urretxuarras y zumarragarras fueron detenidos durante septiembre y octubre del año 1936 y trasladados a la cárcel de Ondarreta. Allí se les perdió el rastro. Según diversos testimonios recogidos por los familiares, se cree que fueron fusilados el 20 de octubre de 1936 contra el muro del cementerio de Hernani. De todos modos, todavía a día de hoy, en los documentos oficiales constan como desaparecidos.

Las instituciones no habían hecho hasta ahora nada para homenajearles y el único elemento físico que les recuerda fue colocado por sus familias, clandestinamente, en los años 70. Se trata de la placa junto a la que ayer tuvo lugar la ofrenda floral. El nieto de Hilario Aranburu, José Miguel Aranburu, y su bisnieta, Miren Josu Aranburu, fueron los encargados de depositar las flores en nombre de todos los vecinos de Urretxu y Zumarraga. La placa está situada, junto con otras muchas y cerca de la dedicada al sacerdote tolosarra Aitzol, en un espacio del cementerio de Hernani destinado a los fusilados en la localidad.

Además de la ofrenda, los ayuntamientos han organizado también un homenaje. Tendrá lugar mañana a las 13.30 horas en la casa consistorial de Urretxu. Los familiares han recibido con ilusión la noticia y los ayuntamientos de los dos pueblos invitan a la ciudadanía a tomar parte en el acto.

El homenaje

Durante el acto se recordará quiénes eran los nueve fusilados, que es lo mejor que se puede hacer por ellos. Los franquistas los eliminaron físicamente y trataron de borrar también todo rastro de su existencia, pero durante estos 75 años sus familiares se han encargado de mantenerlos vivos en su memoria. Dejar escrito quiénes eran y a qué se dedicaban ayudará a que no se les olvide.

Hilario Aranburu Unanue nació en Tolosa en 1875 y vivía en el número 8 de la calle Labeaga de Urretxu con su esposa y sus siete hijos. Trabajaba en la cestería de Agustín Agirre y era miembro de la banda de música y del grupo de txistularis. También ejercía de pregonero. Era simpatizante del PNV. La Guardia Civil lo detuvo el 14 de octubre y tenía 61 años cuando lo asesinaron.

Hilarión Arzelus Agirre nació en Urretxu el año 1909. Vivía en el número 10 de la calle Jauregi. Era huérfano y tenía un hermano en la casa de beneficencia de la localidad. Era modisto y trabajaba en su propia casa para el ordiziarra Balenciaga. Al igual que Aranburu, participaba en las iniciativas artísticas que se llevaban a cabo en el municipio. Le gustaba, sobre todo, el teatro. Él también era simpatizante del PNV y colaboraba con la parroquia ejerciendo la labor de cobrador. La Guardia Civil se lo llevó el 13 de octubre.

José Becerra Narbaiza también era muy joven cuando lo asesinaron. Nació en Donostia en 1917 y tenía catorce años cuando vino a Urretxu. Vivía en el número 2 de la calle Iparragirre con su madre y con su hermana, que era más joven que él. Estaba soltero, trabajaba en la fábrica de Esteban Orbegozo y jugaba en un equipo de fútbol del taller llamado Pinchada. Nunca se mostró a favor de uno u otro partido político y, como todavía era menor de edad, no pudo participar en las elecciones tras las cuales se proclamó la República. La Guardia Civil lo arrestó el 13 de octubre, en su casa, y solo contaba 19 años cuando lo mataron.

Ángel Belaustegi Otamendi tampoco pertenecía a ningún partido político. Había nacido en 1916 en Urretxu y vivía en el propio ayuntamiento con sus padres y hermanos, pues su padre era el secretario municipal. Estaba soltero y estudiaba Derecho. Jugaba en el Urola de fútbol. Lo detuvieron en su casa y solo tenía 20 años cuando lo mataron.

Hilario Gabilondo Ugalde también era urretxuarra. Nació en 1894 y vivía en el número 24 de la calle Iparragirre con su esposa y sus hijos. Era forjador. Fue uno de los fundadores de la empresa Alkorta, Mendizabal y compañía, que todavía existe. Era simpatizante del PNV y lo detuvieron el 14 de octubre en casa. Tenía 42 años cuando los fusilaron.

Alfonso Orcajo Orcajo, por su parte, era miembro del Partido Republicano. Había nacido en Valladolid en 1900 y vivía en el número 1 de la calle Ipeñarrieta con su madre. Tenía 19 años cuando llegó a Urretxu y trabajaba en la fábrica de ballestas Eguzkia. Contaba con 36 años cuando lo asesinaron.

El séptimo urretxuarra fusilado es Ángel Zabaleta Aranburu. Nacido en 1917, vivía en el número 2 de la calle Iparragirre con sus padres y sus siete hermanos. Estudiaba en el seminario y durante el verano ayudaba en el estanco que regentaba la familia. Nunca mostró simpatía por ningún partido político, pero su padre era monárquico y su hermana mayor miembro de Emakume Abertzale Batza.

Zumarraga

Tal y como se ha indicado, aquel 20 de octubre de 1936 también fueron fusilados dos zumarragarras. Venancio Eguren Mendia había nacido en 1904 y vivía en el número 26 de la calle Secundino Esnaola con su hermano. Estaba soltero y era socio y trabajador de la empresa Alkorta, Mendizabal y compañía. No estaba afiliado a ningún partido.

Por último, Francisco Pompeyo Pompeyo había nacido el año 1896 en Donostia y residía en el barrio Artiz de Zumarraga con su esposa y sus tres hijos. Trabajaba en la empresa Rojo y Zaldua y no estaba afiliado a ningún partido.

Todos eran vecinos normales y corrientes. Algunos trabajaban para sacar adelante sus familias y otros todavía eran demasiado jóvenes para ello. A unos les gustaba el fútbol, a otros les interesaban más las disciplinas artísticas, casi todos colaboraban con las iniciativas municipales... Hasta que lo peor del género humano se cruzó en sus caminos.

(Noticias de Gipuzkoa. 20 / 10 / 2011)

"PRISIONEROS EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ORDUÑA (1937-1939)". Libro de Joseba Egiguren de reciente publicación

Alrededor de 50.000 prisioneros de guerra republicanos –muchos de ellos, gudaris– fueron recluidos en condiciones deplorables en el campo de concentración que el régimen franquista estableció entre 1937 y 1939 en el colegio de los PP. Jesuitas de Orduña (Bizkaia), curiosamente el mismo centro donde años antes había estudiado el lehendakari José Antonio Agirre. Habían perdido la guerra y estaban a merced del enemigo, sometidos a un trato inhumano que se sustentó en el hambre, el hacinamiento, la humillación y la brutalidad de los guardianes. Además, y por si fuera poco, fueron obligados a trabajar como esclavos en numerosas obras públicas y privadas locales. "Prisioneros en el campo de concentración de Orduña (1937-1939)" es el primer trabajo de investigación sobre este episodio histórico silenciado durante 75 años, en el que el periodista Joseba Egiguren combina con maestría y rigor documentos civiles y militares, con los estremecedores testimonios de los últimos ex prisioneros del campo de concentración de Orduña.

La Guerra Civil gestó su propio infierno en Orduña

La ciudad vizcaína albergó un campo de concentración por el que pasaron 50.000 perdedores de la contienda.
Fue una de las 188 'casas del terror' que tenía el bando franquista para reprimir al republicano

«Me cogieron en el frente de Aragón y padecí los rigores de cuatro campos de concentración y siete prisiones, pero Orduña fue el más cruel e inhumano de todos ellos». Un enclave tan idílico como el entorno de la única ciudad de Bizkaia hace difícil pensar que hace 74 años no estaba lejos del infierno. Tàrio Rubio es uno de los 50.000 prisioneros que pasaron por el centro de reclusión del municipio. Y uno de los nueve protagonistas que con sus recuerdos han colaborado con Joseba Egiguren, autor del libro 'Prisioneros en el campo de concentración de Orduña (1937-1939)'.

Durante 27 largos meses las escuelas de los jesuitas en la localidad vieron pasar por sus instalaciones a miles de perdedores de la guerra, en su mayoría guradis y milicianos catalanes. Un pedazo de historia apenas conocida pero que marcó a fuego la vida de quienes allí estuvieron encerrados.

«Orduña no es Auschwitz», aclara el periodista afincado en la ciudad. No era un campo de exterminio como los que promovió la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Prueba de ello es que hay 24 muertes confirmadas -se calcula que son más- en el período que estuvo en funcionamiento. Llegó a tener cinco nombres diferentes -campo de prisioneros y evadidos, campo de concentración de prisioneros de guerra&hellip- pero una sola esencia. Y el cambio de denominación apenas tenía efecto en la población local, que se refería a él como «la prisión». Fue un recinto de confinamiento, clasificación y reeducación con una capacidad para 5.000 personas, un primer peldaño en el entramado de 'casas del terror' -188- que estableció el régimen durante la contienda.

Tras sus puertas, los internos permanecían en torno a un mes hasta que se decidía su destino. «El peor mes de mi vida», aporta al relato Carmelo Martínez, otro de los prisioneros. Y es que pese a que la muerte no aguardaba a la vuelta de la esquina, el «trato inhumano» de los vigilantes, señala el escritor, el frío y el hambre, no son fáciles de olvidar. Prisioneros y esclavos Después de su paso por el campo de concentración, algunos republicanos eran asesinados, otros trasladados y gran parte de ellos utilizados como «esclavos» del Ayuntamiento y la Diputación. De hecho, el monumento a la virgen de la Antigua en el monte Txarlazo fue reconstruido por una de estas 'brigadas de trabajo'.

Para Egiguren, se trata de «uno de los episodios menos investigados» de la contienda. La escasa documentación encontrada tan solo sirve de guía para hacerse una idea de las vivencias que guardan las paredes del centro docente, un rincón maldito para decenas de miles de personas como los nueve protagonistas del libro quienes, a la pregunta de si alguna vez volverían a Orduña, dan una respuesta unánime: «Nunca».