lunes, mayo 31, 2010

HOMENAJE EN LOZA (NAVARRA) A LAS 15 VICTIMAS DEL FRANQUISMO EN EL FUERTE SAN CRISTOBAL

Siguiendo con los homenajes a los presos fallecidos en el penal del Fuerte San Cristóbal entre 1934 y 1945, a los 207 primeros fallecidos y que fueron enterrados en los pueblos que formaban la antigua Cendea de Ansoain, el domingo 30 de Mayo se honróa los enterrados en el pueblo de Loza y se inauguró la placa con sus nombres. Este homenaje fue organizado por el Concejo de Loza y promovido al igual que los anteriores por la asociación Txinparta de Ansoáin.

Asistieron alrededor de un centenar de personas entre ellos familiares de Santos Martínez Castrillo, de Burgos, y de Castor Pertica Ussía, de Vizcaya.

Siguiendo un formato ya habitual se realizó una ofrenda de flores mientras la lectura de los nombres de los fallecidos bailando a continuación un aurresku en honor de los fallecidos y asistentes y completado con la actuación de la cantautora Maite Mené con la interpretación de dos sentidas canciones, una de ellas dedicada a su abuelo víctima también del franquismo.

LAS HISTORIAS QUE LOS JUECES NO QUIEREN ESCUCHAR

El Tribunal Supremo ha apartado a Garzón, y 26 de los 46 juzgados españoles que ‘heredaron' su causa han archivado ya los casos. Pero nadie ha podido borrar las historias que motivaron las denuncias. Las familias empujan para localizar los restos de las víctimas, exhumarlos y tratar que se haga justicia y que los crímenes de lesa humanidad no queden impunes. Los juzgados ni siquiera llaman a declarar a los familiares de las víctimas. Estas son algunas de las historias que los 26 juzgados han preferido no escuchar.

Claudio Sánchez. El alcalde que quiso quedarse con su gente

Llegó a alcalde de su pueblo, Arroyo de San Serván (Extremadura), y los fascistas no sólo le mataron: quisieron arrancar su nombre de la faz de la tierra, como si nunca hubiera existido. La familia de Claudio Sánchez Salset, fusilado a los 40 años el 19 de septiembre de 1936, sigue esperando el acta de defunción, un registro, un papel.

Todo el mundo sabe ya que los restos no se encontrarán. Su propio hijo, entonces con 14 años, fue a buscar leña y se encontró con los zapatos y calcetines del padre, junto a sus restos, devorados por la jauría. Aquel mismo día, el chico mismo fue detenido y vejado por falangistas. Claudio, ebanista y militante del PSOE, era concejal cuando estalló la guerra. El alcalde huyó y él lo sustituyó: quiso quedarse con su gente.

Su bisnieta, Libertad Sánchez, cuenta que tras el golpe de Estado contra la República, "los falangistas locales fueron encerrados en la Casa del Pueblo y algunos exaltados querían matarlos". "Mi bisabuelo fue de los que lograron disuadirlos de esta atrocidad recalcando que eran vecinos, que tenían familias y que no se podía matar a las personas por su ideología", explica Libertad. Y añade: "Muchos le dijeron: ‘Aquellos a los que salvas hoy, mañana te darán muerte". Y así fue.

Tras la muerte, el acoso a la familia, el robo de sus pertenencias, el saqueo permanente. Y la presión para que la viuda, Isidora, firmara el acta de defunción de Claudio, donde tenía que reconocer que su marido había fallecido por muerte natural en su casa. No lo hizo y las represalias continuaron durante décadas, implacablemente.
El ex alcalde que sirvió al Estado y nunca abandonó a los suyos sigue sin existir para la España democrática de 2010. Libertad y toda su familia sigue a la espera del acta de defunción.

Es ella, la bisnieta, quien ha ido a los tribunales: se niega a aceptar que en 2010 el Estado mantenga borrado el nombre de Claudio Sánchez Salset y de los 4.000 fusilados en Mérida.

La Audiencia Provincial de Badajoz ya ha sepultado sus esfuerzos y el de las asociaciones de memoria. Eso sí, archivó tras loar el "indudable interés histórico y antropológico" de su propósito.

Jerónima Blanco. "Jugaron al tiro al plato con su hijo pequeño"
Los falangistas acudieron como cada noche a casa de Isaac Cabo para detenerlo por ser un sindicalista buscado. Su mujer Jerónima, embarazada de 6 meses, y su hijo Fernando aseguraron que no estaba desde el interior del hogar. A las tres de la mañana, los pistoleros perdieron la paciencia y rompieron la puerta a culatazos de fusil. Sacaron a la calle a Jerónima y la asesinaron a tiros. "La vecina de enfrente pudo verlo todo a través de la ventana y siempre me contó cómo al niño lo tiraban al aire y lo tiroteaban como si fuera tiro al plato", relata Abel, el sobrino nieto de Jerónima.

La fuente principal con la que ha contado Abel para recuperar los detalles de la muerte de Jerónima ha sido la memoria de su abuela Amalia y los recuerdos de la vecina que presenció la masacre. "El único que ha intentado hacer algo en este país para saber qué pasó ha sido el juez Baltasar Garzón y mira los palos que le están cayendo", señala el familiar.

Tras el archivo del juzgado de Ponferrada, Abel se puso en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) para tratar de exhumar los cuerpos de Jerónima y Fernando. "Estaban en la parte de atrás de la finca donde estaba la casa donde los mataron. Recuperamos incluso la medallina del niño", cuenta.

La ARMH entregó los restos analizados genéticamente de Jerónima y Fernando a la familia de Abel el pasado febrero. "Una semana después del entierro, como si fuera el destino, murió mi abuela Amalia, que pidió que la enterráramos con Jerónima y el niño. Y eso hemos hecho", explica Abel.

El único homenaje público que recibieron estas víctimas fue una calle en León con su nombre. La calle de Jerónima Blanco y Fernando Cabo está situada en la misma vía de la ciudad donde fueron fusiladas miles de personas durante la represión desatada tras el golpe de Estado de 1936. Entre los que murieron allí está registrada la muerte del capitán Lozano, abuelo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se mantuvo fiel a la legalidad republicana. Abel lamenta que el Ayuntamiento de Ponferrada (PP), donde está el lugar del delito, no contribuyera al homenaje.

Rufino Balbás. Quedó libre, pero los falangistas lo asesinaron

Rufino Balbás nunca escondió su militancia: fue un miembro destacado de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, en la provincia de Burgos. Por esto los falangistas se ensañaron con él.
El día después del golpe, una quincena de fascistas le fueron a buscar a casa y se lo llevaron en camioneta. Se volvió a saber de él el 27 de julio, en la prisión provincial de Burgos. Pero para sorpresa de los más exaltados, el 19 de agosto quedó libre y sin cargos.

Y aquí volvieron los falangistas, a terminar lo que habían empezado: lo localizaron en el autobús que le llevaba de regreso a casa y se lo llevaron a Villarcayo, a una escuela que habían convertido en prisión. Esa misma noche fue fusilado, junto a otros republicanos, y enterrado en una fosa en la cueva de Humarraña, en Merinidad de Montija.

En junio de 2009, meses antes de que Falange se querellara contra el juez Baltasar Garzón, activistas del Foro por la Memoria encontraron restos humanos en la cueva. Ahí estaba la hija, de 90 años, con la esperanza de dar sepultura digna a Baltás. Y llegó la jueza de guardia, Eva Cevallos. Según el Foro de la Memoria, todos tuvieron que soportar "un comportamiento insultante. La jueza se mofó del trabajo que hacíamos con sarcasmos y risas".

El auto de archivo llegó muy poco después. Sin ni siquiera diligencias, pese a los restos encontrados. Y ya firmado por el juez titular.

María Labarga. Una madre que aún busca a su verdadera madre

María Labarga, de 42 años, siempre dudó de que su madre fuera realmente su madre. Y poco después de dar a luz ella misma, empezó a investigar.Primera sorpresa: la dirección de Tortosa donde consta su nacimiento es una pensión y la dueña de siempre dice que allí nunca nació nadie.

Segunda sorpresa: la hija de la dueña de la pensión aparece en las fotos del bautizo. Ante la evidencia, balbucea "nerviosa" excusas sin sentido, cuenta Labarga. Más sorpresas: la comadrona que certificó el parto admite que no lo atendió y que firmó porque se lo pidió una amiga comadrona, ya fallecida. Por si fuera poco, todos los que aparecen en las fotos del bautizo resultan ser parientes de la comadrona fallecida.

Los historiadores estiman en miles los niños fueron robados por el régimen franquista, ya sea para reeducarlos o simplemente con fines lucrativos. Pero al juzgado de Burgos no le interesan las sorpresas que descubrió Labarga.

Juan Bort. "Mi abuela intentó evitar que se lo llevaran"

Nacido en Rociana del Condado (Huelva) alrededor de 1907, Juan Bort Picón, tonelero de profesión, murió fusilado el 7 de septiembre de 1936 en un lugar aún por determinar.

"Los falangistas lo montaron en un coche y lo llevaron a Almonte. Su esposa intentó evitarlo poniéndose ante el coche, pero le dijeron que igual les daba matar a uno que a dos. Fue asesinado porque era un comunista más o menos destacado", cuenta su nieto Francisco Palomo, de 42 años. Dejó a su muerte una esposa embarazada, Carmen Padilla, que al poco tiempo alumbró una niña, Juana Bort Padilla, de 73 años ahora, y en cuyo nombre continúa luchando Francisco Palomo. No es fácil. Toda la familia tiene dudas entre si está enterrado en La Palma o en Niebla.

"Mi abuela siempre dijo que era en La Palma, aunque no podemos saberlo. Es sobre todo una lucha simbólica", asegura. La forma de saberlo, dice, es investigar ambas fosas. "Pero no podrá ser. Se han archivado los dos casos", asegura Palomo, que aún confía en la vía administrativa.

El juzgado de La Palma, apoyado por la fiscalía, archivó la investigación. La Asociación Andaluza de la Memoria Histórica lo recurrió ante la Audiencia Provincial, que desestimó el recurso con los mismos argumentos que el juzgado: la prescripción del delito. El juzgado de Moguer tampoco investiga la fosa de Niebla.

Luisa Muñoz. "El cura la denunció por un lío en la procesión"

"Poco antes del 18 de julio se encaró con el cura de Santa Amalia en Semana Santa y le recriminó su vestimenta porque incumplía una especie de orden del Gobierno republicano. Eso bastó para marcarla porque fue el mismo párroco el que la denunció".

Esa versión es la que Pedro Díaz, de 63 años, tiene de la muerte de su suegra, Luisa Muñoz, tiroteada hasta la muerte junto a su hijo de 17 años, José Cerrato, en 1936.El hijo de Muñoz fue herido por los falangistas cuando trataba de requisar trigo de una finca por orden de la República. Fue llevado a un hospital de Mérida y cuando se recuperó volvió junto a su madre Luisa al pueblo, que ya había sido tomado por los golpistas.

Llegando a pie por un camino a Santa Amalia, los falangistas les asaltaron, mataron y enterraron junto a un camino.El mismo cura que denunció a Luisa bautizó años después a sus hijos supervivientes e incluso llegó a casar a Pedro. El yerno de Luisa lucha ahora para que la propietaria de la finca donde está enterrada junto a su hijo permita la exhumación de sus restos.

"Se niega en rotundo porque dice que a ella le mataron los rojos a un familiar. La diferencia es que ella pudo recuperar el cuerpo y ahora no permite que los demás hagamos exactamente lo mismo. Y eso que han pasado 70 años", explica resignado Pedro.
Familia Tornero. "Enterraron a mi familia como si fueran perros"

Los pistoleros de Falange se ensañaron en el verano de 1936 con la familia de Lucio García Tornero. “Asesinaron a mi abuela Florentina, a dos de mis tías y a otro tío”, explica este extremeño de 67 años. “Todos eran jornaleros del campo, todos analfabetos. No sé qué compromiso político tuvieron, pero seguro que mi abuela no pertenecía a ningún partido”, reivindica.

Las mujeres de la familia Tornero Quintana sufrieron la peor de las represiones. “Las detuvieron, las sacaron a barrer las calles, les raparon la cabeza y les dieron aceite de ricino”, explica Lucio. Todo el pueblo pudo ver la humillación de sus tías y su abuela, que además fueron puestas a recolectar yerbajos en los bordes de los caminos.

“En el caso de mi familia, fueron los propios falangistas del pueblo los que se encargaron de fusilarlas. Y encima no lo hicieron de madrugada como en otros asesinatos sino que lo hicieron a plena luz del día. Mi familia vivió siempre en el pueblo conviviendo con los verdugos que los enterraron como perros y ahora no nos han dejado llorar”, lamenta.

Lucio sólo ha podido sacar una conclusión de la reconstrucción histórica del drama familiar: “Los falangistas buscaban lo que les pidió el general Mola, sembrar el terror haya donde hubiera enemigos. Si no, no se explica”

Arsenio Fuertes."Sólo era secretario municipal, no era político"
Arsenio Fuertes era un simple secretario municipal de La Robla (León) que cumplía estrictamente con su función pública. “El ayuntamiento estaba en manos de la CEDA y había un auténtico despilfarro. Mi tío no pertenecía a ningún partido pero denunció el asunto al gobernador de León y eso le pasó factura tras el golpe de 1936”, explica Lourdes Morete, de 51 años de edad.

Arsenio, a sus 56 años, fue llamado a presentarse en el cuartel de la Guardia Civil. “De ahí no salió. Le dijo a mis tías y mi abuelo que no se preocuparan que él no había hecho nada”, destaca Lourdes. La represión en La Robla se llevó por delante al farmacéutico, al médico y demás personas destacadas del pueblo. La familia Fuertes, entre las que había dos maestras emigraron al Bierzo.

Lourdes Morete consiguió encontrar el pasado 4 de febrero sus restos, pero no ha podido identificarlos por su mal estado debido a la acidez del terreno y la humedad. “Conseguimos encontrar el lugar exacto de El Rabizo donde fueron enterrados porque encontramos el valioso testimonio de un hombre que estaba esos días haciendo el servicio militar en la zona. Al parecer presenció el enterramiento. Incineraremos juntos a todos los que fueron asesinados”, explica.

(Público. 30 / 05 / 2010)

domingo, mayo 30, 2010

LA HORA DE LA VERDAD LLEGA A DEIERRI (VALLE DEL YERRI, NAVARRA). Crónica y fotos de la Jornada-Homenaje

“Por fin ha llegado al Valle la hora de la Verdad”, esas fueron las palabras de Iker García de Eulate, portavoz de la iniciativa Deierri 1936, con las que se inició la jornada homenaje a las víctimas de la represión franquista de este valle navarro de la comarca de Lizarraldea / Tierra Estella.

La jornada celebrada en Ibiriku-Deierri ha sido un auténtico punto de inflexión para superar tantos años de silencio, miedo, ocultación y olvido. Tras un año de trabajo, documentación e investigación, superando todos los impedimentos; para la iniciativa popular Deierri 1936 llegaba el momento de presentar los resultados y sacar a la luz la trágica historia de la represión franquista y de las consecuencias del golpe de Estado fascista en la zona. Un proyecto valiente y necesario que desde Ahaztuak 1936-1977 hemos apoyado desde el primer momento y en el que también hemos puesto nuestro granito de arena. El aspecto que presentaba el local habilitado y bautizado para la ocasión como Antzokia de Ibiriku no defraudaba a la espectación creada en el Valle, y es que el lugar se quedó pequeño para acoger desde primera hora de la tarde a cerca de 200 personas que procedían mayoritariamente de las localidades de Deierri. Una asistencia considerable para un pueblo de 60 habitantes como Ibiriku en un valle que cuenta con una población total de aproximadamente 1500 vecinos. Pero es que la herida abierta en Deierri en 1936 también tiene unas dimensiones espeluznantes:

10 vecinos de Deierri murieron a consecuencia de la represión del bando golpista y más de 70 militantes de izquierdas de localidades cercanas (Larraga, Dicastillo, Lerín, Lizarra, Allo, San Adrián, Los Arcos...) fueron asesinados en este Valle. La jornada-homenaje celebrada en memoria de todas esas personas contó con un variado y completo programa. Durante 2 horas y media el tiempo se paró en Ibiriku-Deierri, el valle se detuvo a leer esa página que el modelo de impunidad establecido por los responsables de tanto sufrimiento han tratado de arrancar.

La proyección del documental Deierri 1936 y la presentación del libro con el mismo título dieron paso a las intervenciones de Jose Mari Esparza (autor de la obra imprescindible “Navarra 1936: De la esperanza al terror”) y Carlos Otxoa (miembro de Ahaztuak 1936-1977), acompañados en la mesa por Iker García de Eulate que hablaba en nombre de la iniciativa popular Deierri 1936. Entre los tres ponentes explicaron las claves de la situación política y social que se daba en el Valle del Yerri, en el conjunto de Nafarroa y el resto de Euskal Herria, así como el contexto general en el Estado español durante la IIª República, el alzamiento fascista contra este sistema democrático, la guerra y la dictadura que se impuso tras ella. Sin olvidar el papel que jugó el clero del Valle, la importancia del carlismo en la zona y la cruda realidad de lo acontecido, fueron analizados los aspectos principales de la represión franquista en la zona. También fueron recordados los vecinos de Deierri que, en parte obligados por las circunstancias y en parte engañados por el clero, acudieron al frente en los tercios de requetés y que fueron asesinados por desertores cuando intentaron huir de la guerra y volver a sus casas. Especial presencia durante todo el acto tuvo la memoria de Maravillas Lamberto, joven de Larraga violada y asesinada en Ibiriku. Maravillas es el símbolo de la represión fascista contra las mujeres en Nafarroa y es una de las decenas de personas fusiladas en Deierri. El valle se convirtió en un auténtico vertedero humano, en gran parte debido a las numerosas sacas de la cercana cárcel de Estella que protagonizaban los escuadrones de la muerte llevando el paseo mortal de los militantes de izquierdas detenidos en Lizarra hasta estas tierras. Tras la mesa redonda en la que también hubo momento para denunciar la postura de los concejales de UPN y PSOE en el Valle que con sus votos han rechazado en el Ayuntamiento una moción que pretendía implicar a esta institución en la investigación y exhumación de las fosas comunes de Deierri, llegó el momento de Las joteras de Larraga y del cantautor Fermin Balentzia. Suscanciones pusieron el broche perfecto a una jornada histórica que marca sin duda un antes y un después en la recuperación de la memoria histórica y política del Valle del Yerri.

Qué mejor resumen para la Jornada-Homenaje celebrada en Ibiriku-Deierri en memoria de todas las víctimas de la represión franquista en el Valle, que la letra de esta jota que fue de las más aplaudidas:

“Se llevaron vuestra vida
y también vuestra ilusión,
pero toda Euskal Herria
os lleva en el corazón”

Y qué mejor homenaje a todas esas personas que sufrieron la represión franquista que continuar trabajando por sus ideas, por su memoria, por la libertad y por la justicia social, día a día y pueblo a pueblo.

Por eso desde Ahaztuak 1936-1977 sólo podemos añadir que la lucha sigue.

Eskerrik asko Deierri 1936 herri ekimenari.
Oroimenak bizirik dirau!


(Texto y fotos: Ahaztuak 1936-1977)

sábado, mayo 29, 2010

JORNADA-HOMENAJE EN MEMORIA DE LAS VICTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA DEL VALLE DEL YERRI (NAFARROA)


29 DE MAYO / SÁBADO

Ibiriku-Deierri (Ibiricu de Yerri)
Deierri / Valle del Yerri
NAFARROA


DEIERRI 1936
JORNADA-HOMENAJE EN MEMORIA
DE LAS VICTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA

10 vecinos de Deierri murieron a consecuencia de la represión del bando golpista y más de 70 militantes de izquierdas de localidades cercanas (Larraga, Dicastillo, Lerín, Lizarra, Allo, San Adrián, Los Arcos...) fueron asesinad@s en este Valle.

El sábado 29 de Mayo, a partir de las 17:00 horas en Ibiriku Deierri se va a celebrar una completa Jornada-Homenaje en memoria de las víctimas de la represión franquista.

OROIMENAREN EGUNA DEIERRIN

Bereziki odoltsua izan zen 1936ko estatu kolpea Nafarroako Deierri haranean eta inguruan. Gaur jardunaldi-jaialdia egingo dute han, gertaerok gogoratzeko. Bideoak, mahai-inguruak eta musika emanaldiak ikusi ahalko dira Ibiriku herrian.
Deierriko hamar biztanle hil zituzten frankistek, eta beste 70 inguruko herrietan (Larraga, Lizarra, Deikaztelu, Lerin, Allo, San Adrian eta Los Arcos). Gertaeron inguruko Deierri 1936 dokumentala emango dute, 17:30ean. Haraneko biztanleek beraiek egin dute ikus-entzunekoa eta izenburu bera daraman liburua. Faxisten matxinadaren kausak, ondorioak eta gerra ostean pairaturiko zazpi hamarkadako isiltasuna jasotzen dute lanean. Izan ere, orain arte, etxe barnean baino ez da hitz egin haranean 1936an gertaturikoaz. Liburua salgai jarriko dute, lehen aldiz, gaur, 10 euroan. Gainera, liburuarekin batera, dokumentala eraman ahalko du jendeak, doan.
Ondoren mahai-ingurua egingo dute Txalaparta argitaletxeko Joxe Mari Esparzak eta Ahaztuak 1936-1977 elkarteko Karlos Otxoak. Eguna amaitzeko kantaldia eskainiko dute Joteras de Larraga taldeak eta Fermin Balentzia abeslariak.
Ekainaren 4an jaialdiaren beste ekintza bat izango da: Berri Txarrak eta Leihotikan taldeek kontzertua egingo dute.
'DEIERRI 1936'
Noiz. Gaur, 17:00etan hasita, Ibirikun (Deierri harana, Nafarroa).
(Berria. 2010 / 05 / 29)

HOMENAJE A LAS VICTIMAS DEL FRANQUISMO

Ibiricu acoge hoy una jornada homenaje para las víctimas de la represión franquista en Yerri donde, según explican los vecinos, asesinaron a unas 79 personas de la zona y muchas de ellas están enterradas en el valle. El programa incluye la presentación de un libro, Deierri 1936, y de un DVD bajo el mismo título que han elaborado vecinos del valle como Iker García de Eulate, que explica que en el libro se recoge la documentación que han ido recopilando sobre los sucesos acontecidos en el valle. El documental se proyectará a las 17.30 horas en Ibiricu y posteriormente a las 18 horas comenzará una mesa redonda con la participación de José Mari Esparza y de Karlos Otxoa. Además, a partir de las 19.30 horas, actuarán las joteras de Larraga y Fermín Balentzia. Este homenaje se extiende hasta el viernes con un concierto de varios grupos, entre ellos, Berritxarrak.
(Noticias de Navarra. 29 / 05 / 2010)

jueves, mayo 27, 2010

LUDIVINA GARCÍA ARIAS Y CEFERINO ÁLVAREZ: ¿PUEDE SER DEMÓCRATA UN PAIS QUE CONDENA A UN JUEZ POR INVESTIGAR EL GENOCIDIO FRANQUISTA?

Ludivina García y Ceferino Álvarez luchan no sólo por que los hijos de los exilados de la República logren la nacionalidad española, sino por que se mantenga viva la memoria de aquellos que lucharon por un Gobierno legal.

¿Cuántos descendientes del exilio quedan aún?

Ludivina García: Estamos hablando de que existe una generación de nietos de exiliados. En un momento determinado se nos pidió que lo cuantificáramos. Hicimos un trabajo con los documentos que teníamos de los refugiados que partieron de España. La mayoría eran grupos familiares, y estamos hablando de 240.000 personas descendientes del exilio. Es que muchos confunden al exiliado político con los que emigraron por cuestiones económicas.

¿La lucha de éstos por recuperar la nacionalidad es sobre todo una cuestión moral?

L.G.: Es recuperar nuestra identidad. Están reconstruyendo su historia familiar, aunque luego el 80% permanecerá en el país donde reside. Mi caso es un claro ejemplo. Soy hija de exiliados, pero era española por matrimonio con un español, cuando tenía este derecho por mis padres.

Ceferino Álvarez: Uno de las condicionantes que se pedían para acceder a la nacionalidad española era jurar fidelidad al rey. Es algo que nos ha preocupado mucho, ya que los republicanos nunca podrán jurar fidelidad. Por eso pedimos que se reflejara que lo hacían por imperativo legal.

Se cumplen 74 años de la salida de los barcos desde Santurtzi con niños hacia el exilio. ¿Tienen datos de cuántos fueron los que partieron?

L.G.: La lucha en el Frente Norte -Euskadi, Cantabria y Asturias- fue un drama con unas características especiales. En torno a 160.000 vascos, cántabros y asturianos fueron evacuados cuando cayó el Frente Norte. Fueron muchos los niños evacuados primero hacia Barcelona y luego hacia el exilio.

C.A.: Yo soy uno de esos niños. Mi familia es asturiana, fue evacuada a Catalunya y yo nací en Tarragona. Los franceses dicen que entonces llegaron 500.000 refugiados y no había capacidad para asimilarlos. El Gobierno catalán, en plena guerra, acogió a más de un millón y no hubo ese problema.

¿Qué sienten cuando dicen que buscar las fosas es remover el pasado, a veces con actitud revanchista?

L.G.: Un hermano de mi padre estaba enterrado en una fosa común en Asturias y ha sido identificado hace apenas tres años. No tienes rencor pero, cuando das los pasos para averiguar dónde estaban y te encuentras con el discurso de gente de derechas que dice lo que dice, te entra una tremenda desazón.

C.A.: Nosotros no queremos recuperar la memoria, porque nunca la hemos perdido. Queremos mantener viva la memoria como exiliados o hijos de exiliados. Durante 40 años no se ha escrito la Historia de España, y la queremos escribir. No es en absoluto rencor, pero quiero que se sepa el nombre de los asesinos. Es una obligación moral. Y recordar a los que fueron asesinados con lugares en los que se pueda honrar su memoria. No es cuestión de recuperar huesos, sino de escribir la verdadera historia de lo que sucedió.

Sin embargo, aún hay muchas placas que recuerdan a los ganadores.

L.G.: La simbología no es gratuita. La gente joven ve la calle General Yagüe y no sabe que fue un asesino. El asesino Yagüe. Las democracias europeas honran a los que defendieron la libertad, y este país sigue todavía sin honrar a los que defendieron la libertad con las armas, con las letras o, como las mujeres, trabajando en una fábrica. Se trata de una memoria colectiva.

C.A.: Hay un asturiano, Cristino García, que tiene cinco calles dedicadas a su nombre en toda Francia, y ninguna en España. Fue condecorado por el Gobierno francés por su lucha por la libertad y, aquí, nada de nada. Es más, está enterrado de forma olvidada en Carabanchel. Después de luchar en Francia volvió a España para mantener viva la resistencia a Franco. Fue detenido y fusilado, y poco se sabe de ello.

¿Qué opinan del hecho de que el juez Garzón haya sido apartado de su cargo por investigar los crímenes del franquismo?

L.G.: No vamos a endiosar a Garzón. Hizo lo que tenía que haber hecho cualquier juez. Es inaudito lo sucedido. Somos el asombro en el extranjero. Hablamos de una dictadura que duró 40 años y que algunos la quieren edulcorar. Todavía hay gente en los altos niveles de decisión que siguen poniendo zancadillas a que se sepa lo que sucedió.

C.A.: Estamos en un país en el que hay elecciones, pero la democracia hay que ganarla. Fraga no se acostó una noche fascista y se levantó demócrata. Democracia no es sólo ir a votar. Es mucho más, y no podemos desvirtuar las palabras. ¿Puede ser demócrata un país que condena a un juez por investigar el genocidio franquista?

¿El tiempo lo cura todo?

L.G.: Olvidar lo que pasó es imposible. Olvidar lo que sufrió tu familia y tu país es imposible. Los que dicen que hay que olvidar, y que el tiempo lo cura todo, son como los que dicen que no hacen política. Los que dicen que lo mejor es olvidar es que son de derechas y quieren mantener vivo el franquismo. Los hechos son los hechos.

Además de solicitar la nacionalidad para los hijos de exiliados, también exigen que se reconozca por qué se tuvieron que exiliar.

C.A.: Es el derecho a la identidad española, la que se nos arrebató. En México nos educaban profesores que nos enseñaban a amar a nuestro país.

L.G.: Como he dicho antes, lo que queremos es mantener la memoria de aquella gente que luchó por la República.

¿Qué más se puede pedir para recuperar esta memoria de quienes lucharon por la República?

L.G.: Es importantísimo que se reconozca por parte de los jóvenes la lucha de toda esta gente. Es un problema de educación, que en las escuelas se honre la memoria de aquellos que lucharon por un Gobierno totalmente legítimo. Se ha hablado durante 40 años de Alzamiento Nacional, cuando la verdad es que fue un golpe de Estado contra un Gobierno lealmente constituido. Está claro que no puede haber olvido.

C.A.: ¿Quién conoce hoy en día a Negrín? Es una figura que debe reivindicarse. Tiene que haber muchas calles con su nombre. Fue un jefe de Estado que defendió a España. Murió en el olvido y no se estudia la figura de Negrín. Hay que empezar a decir lo que fue la República. No fue la matanza de curas como algunos dicen. La República fue más: enseñanza, ayuda a los campesinos, limpiar el ejército... Lo que queremos es reivindicar su memoria.

(Deia. 27 / 05 / 2010)

MEMORIA DEL BRIGADISTA HACKL. Artículo de Félix Población

En cuanto supe la noticia a través de Gerhard Hoffmann, su amigo y compañero en aquella lucha, recordé las palabras que la vicepresidenta primera Fernández de la Vega pronunció en ese mismo país, unos días antes, con ocasión de su visita al campo de exterminio de Mauthaussen –65 años después de su liberación– para rendir homenaje a los 5.000 republicanos españoles que perdieron allí la vida. Dijo ante aquel escenario de barbarie: “Las víctimas del nazismo, del fascismo y del franquismo no han sido ni serán víctimas del olvido”.

Hijo de una familia obrera muy modesta, Hackl nació en Viena en 1918, año de la caída del viejo imperio austro-húngaro. A los 12 años empezó a trabajar y a los 14 se compró una mandolina para tocar en las agrupaciones musicales de las Juventudes Comunistas. Su militancia política le costó la cárcel durante el régimen fascista del canciller Dollfuss. Liberado tras protagonizar una huelga de hambre, viajó a España en 1937 para unirse a los 1.400 brigadistas de su país que se enfrentaron al fascismo en la Guerra Civil. Se incorporó en principio al Batallón nº 20 de la Brigada Internacional bajo el mando del coronel Aldo Morandi para pasar después a la Brigada nº 11, integrada por alemanes y austriacos, y más tarde a la Batería Thaelmann. Una vez dictó el Gobierno de la República la orden de retirada de las Brigadas Internacionales en octubre de 1938, todavía participó a finales de ese año, junto a 400 brigadistas de su país, en el vano intento de frenar el avance franquista hacia Barcelona. El 9 de febrero de 1939 cruzó la frontera de Francia siguiendo el camino del exilio entre medio millón de españoles, con los que compartió la humillante y dura reclusión en los campos de concentración de Saint Cyprien, Argelès y Gurs. Tras la ocupación de Francia por el Ejército nazi, Hackl fue internado en el de Dachau hasta su liberación en 1945.

Hace cuatro años, Karin Helml y Hermann Paseckas realizaron un documental titulado España, última esperanza, en el que Ferdinand Hackl, junto a Hoffmann, Ernst Kuntschik, Hans Landauer y los republicanos españoles Matías Arranz y Manuel García Barredo hacían memoria de sus vivencias durante la Guerra Civil, así como de su tránsito por los campos de concentración de Europa durante la dominación fascista. El filme, escasamente difundido en nuestro país, aporta documentación muy valiosa –en su mayor parte perteneciente a fondos privados– que debería estar a disposición de cuantos pretendan conocer esas páginas de nuestra historia.

Hans Landauer tenía 16 años cuando se entrevistó con su enlace en un café de París y hubo de aumentar su edad verdadera ante la recriminación de su contacto: “No mandamos niños a España”, le dijo. Una fotografía de Agustí Centelles, con Landauer desfilando por las calles de Barcelona el día de la despedida de las Brigadas Internacionales, refleja en efecto a un adolescente cuyo risueño aspecto no parece propio de un combatiente después de haber luchado en los frentes de Brunete y Teruel. Como Hackl, Landauer pasó por el campo de Gurs en Francia, para ser deportado después a Dachau. A diferencia de su compañero, sin embargo, que mantuvo hasta el final su militancia comunista, Landauer la abandonó en 1948.

Me cuenta Gerhard Hoffmann que Hackl se dedicó hasta el final a trabajar en el Centro Documental de la Resistencia Austriaca. Ahí están, probablemente, las últimas páginas de una historia en la que ciudadanos de distintos países, ajenos al conflicto, se jugaron la vida por una idea en una guerra abierta y declarada. Landauer dio a un hijo suyo el nombre de Prisciliano en recuerdo a un asturiano de Mieres que compartió con él su reclusión en Dachau. De España no olvidó nunca el olor de las olivas y un gran cartel que mostraba los cadáveres de unos niños alineados sobre la acera de una ciudad republicana bombardeada.

Más de 200 de los 1.400 brigadistas austriacos perdieron la vida en España luchando por la República. Casi 500, siguiendo el mismo camino que los republicanos españoles en su lucha contra el fascismo, fueron internados en los campos de concentración nazis: Dachau, Mauthausen, Gross-Rosen… Entre ellos estaba Ferdinand Hackl, cuya vida se apagó casi el mismo día en que Fernández de la Vega afirmaba lo antedicho en uno de esos ámbitos de aniquilación. Me comentó el excelente escritor Erich Hackl, narrador de la desventurada niñez de su amigo Ferdinand –de quien recibió algunos libros de su magnífica biblioteca–, que el anciano brigadista fue un hombre tierno, generoso y modesto, solidario siempre con sus viejos camaradas, “a los que visitaba y atendía en asilos y hospitales”. Quizá por eso nadie mejor que Ferdinand Hackl para testimoniar el olvido en que fueron muriendo muchos de ellos sin que el Estado democrático español los recordase.

Sólo viven actualmente tres brigadistas austriacos y ninguno de los tres –Gerhard Hoffmann, Hans Landauer y Josef Eisebauer–, junto al fallecido Hackl, tiene nuestra nacionalidad. La Ley de Memoria Histórica sólo la concede a quienes juran fidelidad al rey, obviando que esos hombres, como antifascistas sobre los que nunca debió pesar el olvido, combatieron contra el dictador que impuso al monarca.

(Público. 27 / 05 / 2010)

lunes, mayo 24, 2010

RECUERDAN EN ONDARROA A KOLDO ARRIOLA , EJECUTADO POR LA GUARDIA CIVIL EN 1975

Koldo Arriola, un joven de 18 años, perdió la vida hace 35 años, pero su recuerdo sigue vivo entre muchos ondarroarras, incluso entre quienes ni siquiera vivían en aquellos tiempos, como se pudo comprobar ayer en la localidad vizcaina, donde decenas de personas se dieron cita frente al lugar en el que sucedieron los hechos.

El 23 de mayo de 1975 Koldo Arriola y otros dos jóvenes regresaban a sus casas después de una cena de fin de curso en Saturraran. Su «delito» consistió en pasar ante el cuartel de la Guardia Civil, instalado en el centro del pueblo, cantando en euskara. Los agentes les interceptaron y obligaron a Arriola a entrar en el edificio. A los pocos minutos se escuchó un tiro.

A la mañana siguiente, sus padres recibieron una escueta llamada telefónica de un alguacil confirmando los peores temores: que su hijo estaba muerto y que el cuerpo se encontraba en el depósito del cementerio.

En denuncia de los hechos y pese a que estaba en vigor el estado de excepción, Ondarroa quedó paralizada por la huelga general y miles de personas acompañaron el féretro de Arriola durante los funerales que se llevaron a cabo el día 25.

Posteriormente se conoció el nombre del guardia civil -Pedro Rodríguez- que le disparó a quemarropa por dos veces.

«Koartel honetan erail zuten Koldo Arriola gaztea gugan bizi». Esta frase, recogida en la pancarta colocada en el muro del edificio que durante décadas ocupó la Guardia Civil, presidió el homenaje que le tributaron ayer sus convecinos.

En ese mismo lugar -ahora vallado por unas obras-, un grupo de jóvenes dantzaris bailaron el aurresku de honor y colocaron ramos de flores en memoria de Koldo Arriola.

Durante el citado periodo de excepción impuesto por la dictadura franquista en Bizkaia y Gipuzkoa, en poco más de un mes también resultaron muertos a manos de integrantes de las fuerzas policiales o de grupos paramilitares los ciudadanos vascos Alfredo San Sebastián, Felicitas María Lecket, Blanca Salegi, Iñaki Garay y Jesús Mari Markiegi.

(Gara. 24 / 05 / 2010)

EL 72º ANIVERSARIO DE LA FUGA DE SAN CRISTOBAL ATRAE A CIENTOS DE PERSONAS

"¿Cuánto camino hay que andar para encontrarse con la memoria?". Era una pregunta al aire, sin respuesta. Pero si hubiera que dar una cifra, sería 6,5. 6,5 kilómetros, el camino que recorre el monte San Cristóbal desde la base hasta la cima, hasta el Fuerte en que el estuvieron encerrados más de 2.000 presos del franquismo, en unas condiciones infrahumanas. El mismo fuerte del que 795 represaliados, impulsados por el instinto de supervivencia y persiguiendo la libertad, protagonizaron una histórica fuga, hace ya 72 años, que acabó con 585 capturados, 207 asesinados y, tan sólo, 3 fugados con éxito.

Para recordar a estos mártires, acudieron ayer, a las 12 horas, varios cientos de personas a la puerta del Fuerte de San Cristóbal, al acto organizado por Txinparta y la Asociación de Familiares de Fusilados, Asesinados y Desaparecidos en Navarra en 1936.

Allí se dieron cita algunos de los familiares de los presos involucrados en la fuga. Es el caso de Teodoro Eranán Aquera, preso número 760. Su nieta, relató que, como todos, fue condenado por apoyar a la República. Que era consciente de que estaba preparando una fuga pero que no participó en su ideación. Y que cuando oyó el grito "las puertas están abiertas", que dieron el pistoletazo a la fuga, no se lo pensó dos veces. "Mi abuelo era consciente de que poco a poco estaba muriendo en esa prisión", dijo su nieta. Su aventura duró ocho días.

Una semana en la que el miedo y la libertad le llenaron de arrojo. Comía lo que encontraba por el campo y, a falta de agua, no dudó en beber su propia orina. Marchaban camino a Francia en busca de la libertad.

Sin embargo, el octavo día fue capturado. Iba con su mejor amigo, con el que fue hecho prisionero la primera vez. Su amigo no estaba en el momento de la detención. Teodoro fue devuelto al fuerte, pero al menos le quedaba el consuelo de que su amigo había llegado Francia. Sólo que no fue así, murió poco después abatido antes de llegar a Francia. Teodoro vivió engañado el resto de su estancia en prisión.

El resto de las intervenciones iban todas en la misma línea. Demandaban al Gobierno más implicación en la investigación y exhumación de los cadáveres que siguen perdidos en el anonimato.

También hubo tiempo para la música. Amenizaron el encuentro los grupos Zero Taldea, Iruña Crew e Iparfolk. Y por supuesto, se realizó la ofrenda floral a los caídos, acompañada de un cálido aplauso a los familiares que culminó con un sentido aurresku. Los presos no se olvidan, pero todavía queda camino para encontrarse con la memoria.

(Noticias de Navarra. 24 / 05 / 2010)

"LA HIJA DEL ARTILLERO", NOVELA DE FERMIN GONGETA SOBRE LA TRAYECTORIA DE LUCHA DE DOLORES IBARRURI "LA PASIONARIA"

La novela "La hija del Artillero", escrita por Fermin Gongeta y prologada por Periko Solabarria, inaugura Larrea, la nueva colección que la editorial Txertoa dedica a la narrativa y que llegará a las librerías con ocasión del próximo Día del Libro. La hija del Artillero está centrada en un período de la vida de Dolores Ibarruri, Pasionaria, comprendido entre la gran huelga de 1910 y el triunfo franquista.

LA HIJA DEL ARTILLERO es una novela centrada en un periodo de la vida de Dolores Ibarruri que abarca desde que, con apenas quince años, participó activamente en la gran huelga de 1910 hasta la caída de Madrid en manos de los franquistas, en 1939. La figura de Pasionaria renace en estas páginas para dar testimonio de su lucha inquebrantable en pro de los más desfavorecidos. El autor no reivindica su memoria como mito, sino como ejemplo de rebeldía contra los poderosos. Y ello con independencia de que no siempre acertara, algo de lo que ella misma fue consciente. A través de las vivencias de la protagonista, la novela presenta un fresco en el que están reflejadas cuestiones como las miserables condiciones de vida en la Zona Minera de Bizkaia, el uso de la religión como medio de control social y alienación, la tensión e incomprensión mutua entre naturales del país y emigrantes, las luchas intestinas en el movimiento obrero de la época, el advenimiento de la República, la reivindicación en pro del reconocimiento de los derechos de las mujeres o las claves del golpe militar y la guerra civil en que desembocó. Paralelamente, el lector se topará con personajes no siempre suficientemente recordados, como Perezagua, Prieto, Isaac Puente, Irujo, Galíndez o Jesús Monzón. Una novela, en definitiva, que acerca al lector a acontecimientos determinantes en la historia del siglo XX, cuyas consecuencias se prolongan hasta nuestros días.FERMIN GONGETA (Lutxana-Barakaldo, 1942) formó parte del grupo de sacerdotes que, bajo el impulso de Periko Solabarria, surgió en Bizkaia en los años sesenta. De aquellos que se encerraron en el seminario de Derio, el grupo Gogor, y luego en el obispado, desde donde unos fueron llevados a la cárcel de Zamora y otros, como él mismo, partieron para el exilio, del que regresó en 1978. Estudió Gestión Empresarial en Bayona y Sociología en Deusto. Ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional en el ámbito de la empresa privada, labor que ha compaginado con la docencia tanto en la Escuela de Marketing como en la Escuela de Empresariales. Hoy, ya retirado, echa la vista atrás con el convencimiento de que únicamente la lucha de los hombres y de los pueblos oprimidos puede engendrar un mundo algo más justo, libre y solidario. Reflexiona al respecto en artículos que regularmente publica en el diario Gara y en novelas como LA HIJA DEL ARTILLERO.

domingo, mayo 23, 2010

LUCHADOR POR TODAS LAS DEMOCRACIAS. LA HISTORIA DE ANGEL OLMEDO, UN REPUBLICANO, UN RESISTENTE CONTRA LOS NAZIS Y UN HOMBRE CON SUERTE

LAS ropas de Santa Teresa con las que fue bautizado han sido su amuleto para la vida. Ni un rasguño en ocho largos años de combates, oyendo silbar a su alrededor todas las balas de la Guerra Civil. Vio caer a decenas de amigos en el Frente y él indemne; pasó calamidades en los campos de concentración y salió de rositas, jamás fue cogido prisionero, ni siquiera cuando combatía contra los nazis en la Resistencia francesa. Ángel Olmedo Armendariz ha sido combatiente en las trincheras por la democracia, ha sido protagonista del exilio y a sus 92 años de lucidez histórica, no pierde la moral ni los ideales, como refleja la bandera republicana que preside su salón.

Pocas veces con tantos avatares y tantos infortunios, se puede tener tanta suerte. Nacido en Aranjuez, aunque residente en Barakaldo desde hace catorce años, de donde era su mujer y donde viven "lo que más quiero mi hija y mi nieto Xabier", permaneció en el exilio 57 años. Con 18 años se marchó voluntario a defender la República y ya no volvió a su casa ni a ver a sus padres ni a su hermana Concha. Luchó en la defensa de Madrid, en el frente de Navafría, en la Batalla del Ebro, e hizo la guerra en una brigada móvil de choque como carabinero, "unas de las brigadas de más crédito en aquellos momentos y en ella terminé la guerra, más bien la guerra acabó con nosotros", apuntala. "A última hora, me destinaron a la comandancia de carabineros de Tarragona pero ya no había esperanzas de ganar". "Éramos pocos contra muchos. Nosotros los legítimos, no teníamos nada. Nuestra única ayuda era nuestra moral y nuestro corazón, luchábamos sabiendo que el enemigo era superior". Todavía hoy retiene en su mente recuerdos espantosos, "pero lo peor fue la retirada de Catalunya con niños de tres o cuatro años llorando, agarrados a los cuerpos de sus padres que acababa de matar la Aviación". Ángel Olmedo relata sucedidos y avanza y retrocede en el tiempo, con la seguridad que sólo pueden dar 92 años de vida exprimida, sin desaprovechar una sola gota.

En el peor campo
El día que cumplió 21 años, se encontraba en el peor campo de concentración de Francia. En Argelès-sur-Mer. Cruzó la frontera el 10 de febrero de 1939 y se encontró con otras 100.000 personas que, como él, tenían como colchón la arena de la playa "chorreando agua" y como techo, el cielo. "Los once primeros días, los franceses se portaron inhumanamente, no nos dieron ni un vaso de agua, ni un trozo de pan. Y eso que en el pueblo había cientos de camiones con toda nuestra intendencia. Hambrientos y desesperados, se lanzó la consigna de saltar las alambradas. "Como bestias salvajes, nos apoderamos de lo que era nuestro, los camiones estaban llenos de leche, botes de carne de kilo, pan en conserva... Volvimos cargados y creíamos que las autoridades iban a tomar represalias pero el campo estaba rodeado de periodistas y fotógrafos, tuvieron miedo a la opinión pública y no nos castigaron". Los carabineros permanecieron allí hasta el 6 de mayo, cuando les comunicaron que les trasladaban a Gurs. "Tenían todo bien organizado, con barracas sobre un entarimado que subía del suelo unos 60 centímetros". Ángel recuerda todavía el sabor de aquellos dos cazos de agua sucia por la mañana, "lo llamaban café", dos a las once con alguna patatita y otros dos a las cinco de la tarde... "pero todos éramos muy correctos, nadie protestaba y todo se repartía". Cuando franceses e ingleses declararon la guerra a Alemania, el 1 de septiembre de 1939 y él seguía confinado, un incidente acabó en un enfrentamiento entre los carabineros y los gendarmes. Ángel se temió lo peor. "Cercaron la barraca y nos amenazaron con llevarnos a la España de Franco. Estábamos dispuestos a luchar con armas que teníamos escondidas pero en lugar de eso, nos trasladaron al campo de Septfonds".

Allí, con barracones ocupados por cien hombres, en unas condiciones de vida espantosas, Ángel hizo una pequeña conquista y aprendió a jugar al ajedrez. Pero como si fuera hoy, la gran industria invadió los campos, exigiendo mano de obra especializada. Así fue como Ángel fingió un oficio que no conocía y se convirtió de la noche a la mañana en moldeador porque tenía unos primos en Zaragoza que regentaban una fundición. "Yo quería la libertad en condiciones. No como un esclavo, dispuesto a cualquier cosa, a salir como un destripa terrones por un plato de comida y una cama en un pajar", dice, refrendando su condición de libertario. Y un día, su nombre sonó por los megáfonos del campo de Gurs y se vio en la fila de los moldeadores. "He tenido suerte -vuelve otra vez la fortuna a la conversación- porque cuando llegó mi turno, los ingenieros que seleccionaban al personal me interrogaron sobre dónde había trabajado. Al citar la Fundición Bautista, en Zaragoza, resultó que conocían la ciudad y la empresa. Nos liamos a hablar de eso y no me preguntaron nada del oficio". De este modo, Ángel Olmedo y 27 ex combatientes de la República recobraron la libertad el 3 de enero de 1940 y se subieron a un tren de viajeros con destino a Angouleme que les pareció el Orient Exprés, acostumbrados a trenes de bestias, sucios y malolientes.

Al rescate de Lolita

La felicidad le duró poco. La invasión alemana le truncó otra vez la vida el 19 de agosto tras recibir una citación para presentarse en la estación de ferrocarril de Angouleme. "Decidí no ir y así me libré de la expedición al campo de Mauthausen". Tenía que haber viajado a aquel horror. Lo evitó. Los nazis fueron a buscarle a la pensión pero, escondido de urgencia detrás de un armario, nuevamente se le apareció la suerte en la figura de dos caseros compasivos.

Ángel se libró del convoy del infierno, ése que tardó cuatro días en alcanzar Mauthausen sin agua, sin comida y sin letrinas, aquel que dejó a los hombres y a los niños en el abismo y que devolvió a las mujeres y a los bebés porque no querían gastar balas sin sentido. Pero Ángel no se libró de la conquista de su mujer, Lola Martínez, que viajaba, sin él saberlo, en aquellos vagones. Fue una bilbaina, Paquita, que se había escapado del convoy, la que contó que habían bajado a una de las chicas en Angouleme y que se la habían llevado en ambulancia. "Nos enteramos de quién era y pedimos la intervención de madame y mademoiselle Cobas para salvar a Lolita porque su vida no valía nada". Aquella jovencita morena, a la que libró de una muerte segura, terminó siendo su esposa durante 68 años.

La biografía de Ángel Olmedo va paralela a la Historia porque el día que nació su hija, Loli, los alemanes se retiraban de la zona de Burdeos. El embarazo de Lola tampoco fue ajeno a los episodios de su azarosa vida. "Como ya estaba en la Resistencia, en la cuarta brigada de maquis, le dije: mira chata, cualquier día pueden detenerme y fusilarme, si te parece, fabricamos un niño o una niña. Y la hicimos exprés".

Sabotaje
Decididamente, Ángel no desaprovechaba un solo minuto. Entró en la Resistencia prácticamente desde que los alemanes invadieron Angouleme. "A las 10.20 del día 26 de junio. No se me olvida". "Concentraron en una plaza a miembros del Ejército francés y un soldado alemán quiso quitar la espada a un general, un gesto muy feo y entonces a nosotros nos pudo la sangre y se oyeron ocho voces de ocho soldados de la República española". Empezaba así el germen de la rebelión tras una reunión en el bar de monsieur Cobas. "Éramos diez, nosotros ocho y dos de las Brigadas Internacionales queriendo salvar a los soldados franceses, vistiéndolos con ropa civil y escondiendo las armas. Conseguimos salvar 16, pocos pero, al menos, logramos eso".

Fue su primera acción. Luego, en los lugares de trabajo se dedicaban a sabotear y estropear todo lo que podían, más tarde se organizó la Resistencia gracias a De Gaulle y a él le tocó el ejército de las sombras de los maquis, un rosario de tiras y aflojas con los alemanes, hasta que se desmovilizó en marzo del 45, en Oloron-Sainte-Marie. Ángel Olmedo vive para contarlo y después de tres horas de charla, se detiene, pone cara de bueno, vuelve a citar los ropajes de Santa Teresa y parece un Santo. ¡Quien lo diría!. Él, un rojo de los de toda la vida.

(Deia. 23 / 05 / 2010)

ANSOAIN RECUPERA LA MEMORIA DE VEINTE PRESOS DEL FUERTE DE SAN CRISTOBAL

El monte Ezkaba volvió ayer a convertirse en lugar de homenaje a las víctimas de la represión franquista. En este caso fue varios metros por debajo del Fuerte de San Cristóbal (donde mañana se celebra el acto de aniversario de la fuga de 1938), en el cementerio de la localidad de Ansoáin. Allí se reunieron decenas de familiares, convocados por la Asociación Txinparta y el Ayuntamiento de Ansoáin, para la inauguración de una placa que recuerda a veinte presos que fueron enterrados allí.

Antes del inicio, Koldo Pla, de Txinparta, ya preveía que el acto de ayer iba a ser especial: "Es el noveno que celebramos, y en esta ocasión han venido muchos familiares, además desde lugares como Madrid, León o Ciudad Real". Así, el reducido espacio del antiguo camposanto de Ansoáin, se llenó de familias que portaban banderas republicanas que quisieron dar un "merecido homenaje", como destacó el concejal Jesús Esteban Lainez. El sonido de los txistularis acompañó a los asistentes en el momento de mayor emoción, cuando fueron depositando rosas y ramos de flores en el monolito en el que se encuentra la placa conmemorativa. Después, algunos de ellos quisieron recordar a sus familiares, como el nieto de Elías Aguirre Zubiaur, un preso de Vizcaya que murió en el Fuerte tras más de dos años y medio de encarcelamiento, durante los cuales se dedicó a enseñar a leer y escribir a los demás presos. Posteriormente, se dedicó un aurresku a "tantas mujeres que tuvieron que soportar ese dolor durante años".

La placa inaugurada en Ansoáin contiene además los nombres de tres navarros, algo inusual, ya que la mayoría de los fallecidos en la prisión franquista eran de fuera de la Comunidad Foral. Pero los restos de Juan Mangado García, Romualdo Moriones Belzunegui y Javier Rocafort Apesteguía, los tres de Sangüesa, están ahora en Ansoáin. Los hijos de estos dos últimos, Roberto Rocafort y Francisco J. Moriones, estuvieron presentes en el homenaje. "Han sido muchos años de búsqueda, de indagar, hasta que encontramos una partida de defunción, por la que sabemos que ellos están aquí, porque sabíamos que a los tres los habían matado juntos", explicó ayer Rocafort, que lleva mucho tiempo intentando que también otras personas puedan saber donde están enterrados sus familiares. "Es una angustia que tienes siempre ahí metida, y finalmente puedes dar algo de tranquilidad a tu espíritu, porque toda esta búsqueda te deja agotado", se sinceró.

Desde Ciudad Real llegaron dos de los nietos de Francisco González Arroyo, María Montserrat González Díaz Santos y Francisco Izquierdo González (que, además, lleva el nombre de su abuelo). Un viaje largo "pero que merece la pena", como aseguró Montse. Un destino que llevaban pensando mucho tiempo, pero que han conocido ahora por primera vez. "Mi padre se quedó con ganas de venir, pero le fue imposible", contó Montse, que añadió "¡cómo no íbamos a venir, estando aquí nuestro abuelo!".

Aniversario
Hoy a las 12.00 horas, delante de la puerta del Fuerte de San Cristóbal, se celebrará el acto de aniversario de la fuga en la que intentaron escapar 795 de los 2.487 presos que se encontraban hacinados en la prisión.

(Noticias de Navarra.23 / 05 / 2010)

sábado, mayo 22, 2010

EL CEMENTERIO DEL FUERTE DE SAN CRISTOBAL SE VOLVERÁ A ABRIR PARA IDENTIFICAR A LOS PRESOS ENTERRADOS

El cementerio habilitado en las inmediaciones del Fuerte de San Cristóbal en el año 1939, que acoge los restos mortales de 131 presos de este penal del franquismo, volverá a ser abierto las próximas semanas con el fin de poder identificar a las personas enterradas. En una segunda fase, se acometerán las pruebas de laboratorio con el ADN de los familiares que han solicitado exhumar los cuerpos.

Pero hasta entonces, el Fuerte de San Cristóbal volverá a ser escenario mañana de un nuevo homenaje a todos los presos que pasaron por esta cárcel, un acto que se celebra cada año para conmemorar la histórica fuga que protagonizaron 795 de los 2.487 presos que se encontraban en el fuerte el 22 de mayo de 1938 condenados, en su mayoría, por su condición de republicanos.

Es sabido que de los 795 fugados se detuvo a 585 y que sólo tres lograron pasar la frontera. La persecución a la fueron sometidos desde el mismo momento de abandonar el Fuerte se saldó con 187 fusilados identificados a los que hay que añadir 24 muertos más sin identificar.

En esta ocasión, el homenaje quiere servir para proporcionar un evento de encuentro entre nietos y abuelos. "Que los jóvenes tengan la oportunidad de conocer esta tremenda historia", apuntó Koldo Pla, miembro de la sociedad Txinparta que junto a la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra organiza el homenaje. Para ello se ha preparado un programa dirigido a jóvenes y mayores que incluye la actuación de tres grupos musicales, dos raperos y el acompañamiento al txistu de campeón de Euskadi Mikel Erro, precisó Pla. El acto, como es habitual, se iniciará a las doce del mediodía junto a la puerta principal del Fuerte.

Placa en Ansoáin

Previamente, hoy sábado a la misma hora (12.00) tendrá lugar en el cementerio de Ansoáin la colocación de una placa en la que se leen los nombres de los 20 presos que murieron en el Fuerte y fueron enterrados en este camposanto. Cabe indicar que en un principio, es decir hasta que se habilitó el cementerio junto al fuerte, las personas que morían en el penal eran enterradas en los cementerios de la antigua Cendea de Ansoáin.

En total se dio sepultura a 203 personas -sólo ocho de ellas oriundas de Navarra- que durante todos estos años han permanecido en el anonimato. Desde la Asociación Txinparta se inició una actividad para restituir la memoria de estas personas y se han ido colocando en los cementerios placas identificativas. Entre los 20 que fueron inhumados en el cementerio de Ansoáin, cuya placa se coloca hoy, se encuentran tres vecinos de Sangüesa Juan Mangado García, Romualdo Moriones Belzunegui y Javier Rocafort Apesteguía.

(Noticias de Navarra. 22 / 05 / 2010)

ELGETA INAUGURA MAÑANA EL "PARQUE DE LA MEMORIA"

Las laderas de los Intxortas albergaron la última batalla de la Guerra Civil en Gipuzkoa, entre septiembre de 1936 y abril de 1937. Mañana, el Kafe Antzokia de Elgeta acogerá, a las 12.00 horas, la inauguración del proyecto La Guerra Civil en Euskal Herria: recorrido temático en Intxorta, también llamado Parque de la Memoria. El proyecto propone un recorrido histórico-cultural por las laderas de estas montañas que permitirá contemplar de cerca las trincheras defendidas por los republicanos y nacionalistas y visitar los refugios que éstos emplearon.

En el camino, que parte desde Elgeta y llega hasta la zona de Asensio (donde se sitúa la escultura Intxortako Artea), se han instalado doce paneles informativos que explican cuáles son los puntos más interesantes y por qué. Además, en el Espaloia Kafe Antzokia se habilitará una zona en la que se mostrarán armas, periódicos, herramientas de los soldados y una gran maqueta que refleja las incidencias de la contienda en Bergara, Elgeta, Arrasate, Elorrio y Eibar. Se proyectará también el vídeo Todos los nombres, todos los rostros y otro documento en el que participan testigos de aquella época.

La iniciativa enlaza con la exposición permanente Todos los nombres, todos los rostros que busca poner cara a las 8.000 personas desaparecidas, fusiladas y muertas en combate durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo en Euskadi.

Esta iniciativa ha contado con la ayuda de los vecinos y con una aportación económica de 450.000 euros que han sufragado a partes iguales el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa.

(Noticias de Gipuzkoa. 22 / 05 / 2010)

jueves, mayo 20, 2010

CONDE DE RODEZNO, EL MINISTRO CON MÁS EJECUCIONES EN SU MANDATO, EN UN LIBRO

"El ministro de la justicia al revés", porque en su mandato se restauró la pena de muerte, y se echaron por tierra todos los avances en materia religiosa y de igualdad entre hombres y mujeres. Algunos ejemplos: derogó la ley de matrimonios civiles, paralizó la ley del divorcio, y arrancó a la mujer libertades ya ganadas: "El marido debe proteger a la mujer y ésta obedecer al marido", decía un artículo del Código Civil recuperado. Más curiosidades sobre el personaje que recibió el título de Conde de Rodezno, y que aún da nombre a una plaza de Pamplona: "Decretó que solamente pudieran imponerse a los católicos los nombres contenidos en el santoral romano", y organizó "una de las modalidades del mayor sistema de trabajos forzados de la España contemporánea". De hecho, se dice que como ministro de justicia en 1938 firmó unas 50.000 penas de muerte.

Estas conclusiones forman parte del libro Conde de Rodezno, la justicia al revés, que el colectivo Autobús de la Memoria acaba de publicar para sacar a la luz quién fue Tomás Domíguez de Arévalo, una vez que Barcina decidió, con todos los grupos de la oposición en contra, mantener el nombre de Conde de Rodezno para esta plaza, aludiendo ahora al condado. El libro, que puede adquirirse al precio de 6 euros en La Hormiga Atómica, fue presentado en rueda de prensa por Carlos Martínez, Karlos Otxoa, Joseba Burusco, José Ramón Urtasun y Fernando Mendiola, autor, este último, de toda la contextualización histórica y que ha rescatado los datos más curiosos de Conde de Rodezno.

Como explicó Mendiola, "se trata de dar a conocer la historia de este personaje", que tuvo un papel "muy importante en la preparación del golpe" que acabó con la República, y además, "trajo la Guerra Civil a Navarra y fue uno de los responsables de la represión".

FIRMAS CONTRA LA PLAZA

Según explicó Carlos Martínez, este libro se engloba dentro de las movilizaciones sociales que están en marcha para cambiar el nombre de esta plaza. De hecho, ya hay 2.000 firmas en contra de esta denominación, y la recogida continúa (www.autobusdelamemoria.org). Como se sabe, ya el año pasado se comenzó esta iniciativa, con la propuesta de que la plaza recibiera el nombre de La fuga del fuerte, en homenaje " a los que murieron por defender la República", dijo Karlos Otxoa. Ahora, y hasta el mes de junio, los interesados pueden firmar en las hojas colocadas en las peñas, diferentes comercios, y en la Hormiga Atómica.

El libro, del que se han editado 1.500 ejemplares, incluye una recopilación de artículos, muchos de ellos publicados en DIARIO DE NOTICIAS, sobre Conde de Rodezno, escritos por Javier Eder, Miguel Sánchez Ostiz, Víctor Moreno, José Ramón Lapesquera e Iñaki Arzoz.

Charla de presentación

Mañana, viernes, a las 20.00 horas y en la librería La Hormiga Atómica, de la calle Curia, tendrá lugar la presentación del libro "Conde de Rodezno. La justicia al revés". Contará con varios de sus autores.

¿Dónde adquirirlo? De momento, sólo puede comprarse en la librería La Hormiga Atómica. El precio es simbólico: 6 euros.

Firmas contra la plaza. Los interesados pueden consultar en la web www.autobusdelamemoria.org para conocer la iniciativa.

Los autores dicen...

"Conviene decirlo. Domínguez Arévalo fue fascista de una sola pieza"
Víctor Moreno / Artículo "El conde"

"Franco puso la responsabilidad de tramitar las penas de muerte en sus manos"
Javier Eder / "Rodezno" (DIARIO DE NOTICIAS 13-3-09)

"La plaza sigue siendo un símbolo para los herederos directos del 36 que hoy gobiernan"
Miguel Sánchez Ostiz / "La plaza del Conde de Rodezno"
(Noticias de Navarra. 20 / 05 / 2010)

LAS VERDADES DEL CONDE DE RODEZNO QUE BARCINA OCULTA

En Iruñea todo el mundo conoce la Plaza Conde de Rodezno, pero casi nadie sabe quién fue el personaje rememorado. Es algo similar a lo que ha pasado durante décadas, por ejemplo, con el fuerte de Ezkaba. De ese desconocimiento se ha valido el Consistorio de UPN para mantener intacto el nombre de la plaza, que supone evidentemente un modo de homenaje a su titular. El año pasado, una plataforma vecinal intentó cambiar esa placa por otra que recordase a las víctimas de Ezkaba. La moción terminó en fiasco, ya que el Ayuntamiento hizo un leve retoque en el nombre para aparentar que la plaza alude al título nobiliario en general y no a quien lo ostentó en aquellos sangrientos años: Tomás Domínguez Arévalo. La triquiñuela coló en los tribunales, de modo que ese siniestro nombre sigue impreso en el Segundo Ensanche de Iruñea. Pero los defensores de la memoria histórica no van a tirar la toalla.

Los colectivos agrupados en la iniciativa Autobús de la Memoria contraatacan por otra vía: la ciudadanía. Han comenzado a recoger firmas (ya son 2.000) y han decidido que toca explicarle a todo el mundo de quién hablamos. No el Conde de Rodezno sin cara tras el que ahora se parapeta el equipo de Yolanda Barcina, sino el que realmente «bautizó» la plaza: Tomás Domínguez Arévalo, pieza clave en el inicio de la guerra y en la represión inmediatamente posterior, ya que fue el primer ministro de Justicia de Franco.

Han elaborado el libro ``Conde de Rodezno, la justicia al revés'' (Pamiela). En él se cuenta cómo este terrateniente, nacido en Madrid en 1882 pero con múltiples propiedades en Nafarroa, combatió la II República («defendía también sus intereses personales», recordó el historiador Fernando Mendiola). Cómo el 9 de julio de 1936 fue llamado a Iruñea por Raimundo García Garcilaso, director de ``Diario de Navarra'', y consiguió conciliar la «vía insurreccional paramilitar» de los carlistas con la «militar» del general Mola, lo que resultó decisivo para el golpe de Estado. Y cómo después fue nombrado ministro de Justicia. Era el Conde de Rodezno que proclamaba: «Tras una época de anarquía desenfrenada, ha surgido el genio de la raza. Se ha terminado ya el influjo de la masonería y el poderío marxista. En nuestra patria no habrá más que lo nuestro, lo nacional. España será de verdad la España una, grande y libre de tiempos imperiales».

Mendiola fue concluyente: en cualquier lugar en el que se hubiera hecho justicia histórica, el Conde de Rodezno no tendría una plaza, sino que «estaría en el banquillo de los acusados». Karlos Otxoa añadió que es vergonzoso que se mantengan símbolos como éste en un lugar en que «casi nada recuerda a quienes defendieron la democracia» y murieron por ello.

«Fascista de una sola pieza»

En esta obra colectiva -que será presentada al público mañana, a las 20.00, en la librería La Hormiga Atómica- han plasmado su visión sobre el personaje varios escritores navarros que no necesitan presentación. Javier Eder recurre a la ironía: «Franco puso en sus manos la alta responsabilidad de tramitar las sentencias de muerte o a trabajos forzados de la depuración. Pamplona honra aún hoy su memoria». Y también Miguel Sánchez-Ostiz: «Para dedicarle la plaza no hay otra fundamentación que la que podía darse para dedicársela a Copito de Nieve, el famoso gorila del zoo de Barcelona, o a Estebanillo González, hombre de buen humor. Es una cuestión de votos y mala fe política».

Víctor Moreno también se muestra sarcásticamente conmovido, «porque conviene decirlo claramente: fue un fascista de una sola pieza. Se declaró así desde que tuvo uso de razón política, manifestándose contra el sufragio universal y contra el sistema parlamentario».

(Gara. 20 / 05 / 2010)

RODEZNOKO KONDEA, LIBURU BATEAN

36ko gerraren nondik norakoen berri emateko asmoz sortutako Memoriaren Autobusak, Pamiela argitaletxearen eskutik, Conde de Rodezno: la justicia al reves (Rodeznoko kondea: justizia alderantziz) liburua aurkeztu zuen atzo Iruñean. Frankismo garaian itzal handia izan zuen agintaria izan zen Tomas Dominguez Arevalo, Rodeznoko kondea. Justizia ministroa izan zen, eta hainbat lagunen heriotza eragin zuten hark hartutako erabakiek.

(Berria. 2010 / 05 / 20)

miércoles, mayo 19, 2010

DESDE LOS BARROTES DE LA MEMORIA

CORREN tiempos de ilegalizaciones cuando aún nadie ha declarado el franquismo ilegal. El terror del régimen dictatorial español continúa vivo en historias reales que las novelas más vendidas son incapaces de superar. Por desgracia, la zornotzarra Marina García lo sabe bien. A sus 80 años, asegura que "sólo con ver a Mariano Rajoy en televisión me echo a temblar". Cualquier herencia del franquismo le remueve los 70 años de tristezas que sus entrañas no son capaces de diluir.

Transcurría el año 1939. Los padres de Marina García trataban de recuperar la alegría después de que el 9 de abril de 1937 un conductor ebrio atropellara a una de sus hijas causándole la muerte. Residían en Villar de Chinchilla, Albacete. Ella, madrileña, era maestra de escuela. Él, toledano, trabajaba en Correos. Pero la cotidianidad se tiñó de tragedia en el momento en el que una familia de panaderos del pueblo denunció a los García-Rodríguez. "Por envidias y por ser socialistas", asegura Marina desde los barrotes de su memoria. Condujeron al matrimonio al penal de Chinchilla. Con la madre, encarcelaban también a su hijo recién nacido, Crescencio.

En ese momento, una joven acogida por esta familia llamada María se hizo cargo de tres hijos, entre ellos, Marina. "La joven María hizo todo lo que una persona puede hacer por sacar adelante a unos niños que, además, no éramos sus hijos. Le estaremos siempre agradecidos", enfatiza Marina.

Al pasar los días de Guerra Civil, las noticias se iban tornando cada vez más negras. Antes de que el fascismo encarcelara a la madre, ésta le hizo una terrible confidencia a Marina. "Yo tenía escasos años y no llegué a comprender que me dijera que estaba contenta porque le habían condenado a 30 años y 1 día de cárcel. Marina, ¡me han conmutado la pena de muerte!", exclamó. Lunas después, con ambos encarcelados, la cuidadora recibió una cruel notificación avisando de que los franquistas iban a fusilar al padre -"sin haber sido juzgado"- para que presenciaran la ejecución. Decidieron no acudir. El fusilamiento se cumplió el 18 de mayo de 1939. El mismo día, dos años antes, Amorebieta había sufrido la entrada de los golpistas fascistas, municipio al que los nacionales destinarían, de forma paradójica, a la madre presa. "Guardamos una carta escrita por nuestro padre dos horas antes de ser fusilado. Se despide de todos nosotros y siempre con Dios por testigo", narra Marina con palabras emocionadas: "No puedo decir todo lo que he sufrido".

Su madre sobrevivió también al campo de concentración de Saturraran y a la cárcel habilitada en El Carmelo de Amorebieta, a donde la joven María no dudó en desplazarse con los hijos de la maestra. "La chica guardó las joyas familiares y las vendió en Amorebieta, para darnos de comer", agradece. Tardaron en llegar al pueblo tres días en trenes de mercancía. Una vez aquí, la joven tuvo que hacerse cargo también del hijo menor que se lo arrebataron a su madre "por cumplir el destete".

Marina tuvo "suerte", valora. Cayó en gracia en dos familias: una de Amorebieta y otra de Ondarroa que quisieron hacerse cargo de ella. La primera sufragó su internado de tres años en Santurtzi y la segunda le trasladaba en verano cerca de su madre cuando estaba presa en Saturraran. "Recuerdo que en Ondarroa me llevaban al alto de la carretera y desde allí veía cómo mi madre nadaba en el mar", rememora esbozando la primera sonrisa. En Santurtzi, las Hijas de la Cruz le prohibían decir que su madre estaba en la cárcel con las carmelitas, que entonces, eran unas monjas "muy rectas".

No así el también carmelita Padre Leandro. "Al ser casi todas las presas analfabetas, mi madre era la directora del cuadro artístico que había y el Padre Leandro confiaba mucho en ella. Solíamos ir a visitarle. Había una verja ante nosotros y otra ante ella, con una monja en medio. En una ocasión, pudimos entrar y ver su petate con un colchoncito enroscado y donde dormían hacinadas muchas juntas". La mayor alegría de las dos Marinas -la madre también se llamaba así- fue cuando, estando en el internado de Santurtzi, liberaron a la maestra. La niña, a la que el médico había diagnosticado la "enfermedad de la tristeza", como se denominaba entonces a la depresión, sanó. Marina vuelve a sonreír: "¡Fue la cosa más grande del mundo para mí! Ese mismo día me fui. Yo sólo quería estar con ella".

Transcurridos 71 años, Marina denuncia que en la guerra les privaron de tres viviendas de la familia. Y concluye positiva porque su madre volvió a recuperar su plaza de maestra, esta vez en Ea. Hoy Amorebieta-Etxano es su pueblo que "no cambiaría por nada, aunque me gusta mucho Madrid. Sólo tengo la espinita de no haber conocido Pontevedra, donde nací", subraya como queriendo volver a nacer. A revivir su vida.

(Deia. 19 / 05 /2010)